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Artes & Oficios. El vitral

E-BookEPUBDRM AdobeE-Book
160 Seiten
Spanisch
Parramón Paidotriboerschienen am22.08.20226. Auflage
Esta obra, estructurada en dos grandes partes, es un compendio sobre la realización de vitrales y su restauración. En la primera parte el lector encontrará los conocimientos indispensables sobre materiales, herramientas y técnicas de realización, así como ocho proyectos paso a paso de diversos tipos de vitrales, desde el vitral emplomado hasta el vitral realizado con silicona, una técnica novedosa, prácticamente desconocida. La segunda parte del libro aborda los materiales y las técnicas básicas de la restauración, en especial del vitral emplomado, ilustrado con dos proyectos paso a paso.

Pere Valldepérez, nacido en Jesús-Tortosa (Tarragona, España) en 1946, es vitralista y restaurador de vitrales. Cursó sus estudios en la Escuela Massana de Barcelona. Tras la obtención de diversos premios de ámbito nacional e internacional, estableció su taller en el año 1975 en la misma ciudad que estudió. Desde 1989 es profesor de la Escuela Massana. De su ingente obra cabe destacar el diseño de un conjunto de 130 metros cuadrados de vidrio grabado al ácido para el Salón Gaudí del aeropuerto de Barcelona, proyectado por el arquitecto Óscar Tusquets, la realización de tres vitrales, con técnica de colage, diseñados por el pintor Ángel Jové para la Universidad de Lleida, y la lámpara claraboya de 200 metros cuadrados para el auditorio de Las Palmas de Gran Canaria, también de Óscar Tusquets. Países tan lejanos de su lugar de nacimiento como Zaire y Japón, son receptores de parte de su obra. Asimismo, su labor en el campo de la restauración ha dejado huella no sólo en Barcelona -Palau de la Música Catalana, basílica de Santa Maria del Mar, etc.-, sino también en otros lugares de España (Tarragona, Xativa, Arucas, etc). El libro Pere Valldepérez. Vidres, llum i color, publicado en 1997, recoge una amplia selección de su obra creativa y restauradora.
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Produkt

KlappentextEsta obra, estructurada en dos grandes partes, es un compendio sobre la realización de vitrales y su restauración. En la primera parte el lector encontrará los conocimientos indispensables sobre materiales, herramientas y técnicas de realización, así como ocho proyectos paso a paso de diversos tipos de vitrales, desde el vitral emplomado hasta el vitral realizado con silicona, una técnica novedosa, prácticamente desconocida. La segunda parte del libro aborda los materiales y las técnicas básicas de la restauración, en especial del vitral emplomado, ilustrado con dos proyectos paso a paso.

Pere Valldepérez, nacido en Jesús-Tortosa (Tarragona, España) en 1946, es vitralista y restaurador de vitrales. Cursó sus estudios en la Escuela Massana de Barcelona. Tras la obtención de diversos premios de ámbito nacional e internacional, estableció su taller en el año 1975 en la misma ciudad que estudió. Desde 1989 es profesor de la Escuela Massana. De su ingente obra cabe destacar el diseño de un conjunto de 130 metros cuadrados de vidrio grabado al ácido para el Salón Gaudí del aeropuerto de Barcelona, proyectado por el arquitecto Óscar Tusquets, la realización de tres vitrales, con técnica de colage, diseñados por el pintor Ángel Jové para la Universidad de Lleida, y la lámpara claraboya de 200 metros cuadrados para el auditorio de Las Palmas de Gran Canaria, también de Óscar Tusquets. Países tan lejanos de su lugar de nacimiento como Zaire y Japón, son receptores de parte de su obra. Asimismo, su labor en el campo de la restauración ha dejado huella no sólo en Barcelona -Palau de la Música Catalana, basílica de Santa Maria del Mar, etc.-, sino también en otros lugares de España (Tarragona, Xativa, Arucas, etc). El libro Pere Valldepérez. Vidres, llum i color, publicado en 1997, recoge una amplia selección de su obra creativa y restauradora.
Details
Weitere ISBN/GTIN9788434243743
ProduktartE-Book
EinbandartE-Book
FormatEPUB
Format HinweisDRM Adobe
FormatE101
Erscheinungsjahr2022
Erscheinungsdatum22.08.2022
Auflage6. Auflage
Seiten160 Seiten
SpracheSpanisch
Dateigrösse89552 Kbytes
Artikel-Nr.9804867
Rubriken
Genre9201

Inhalt/Kritik

Inhaltsverzeichnis
INTRODUCCIÓN

HISTORIA DEL VITRAL
Prerrománico y Románico
Gótico
El Renacimiento
Siglos XVII, XVIII y XIX
Siglo XX. Una puerta abierta al futuro

REALIZACIÓN DEL VITRAL
MATERIALES Y HERRAMIENTAS
El vidrio
Pinturas y materiales de soporte
El taller
Tipos de herramientas
Hornos

ASPECTOS TÉCNICOS
Elaboración del proyecto
Dibujo a tamaño natural
Corte del vidrio
Emplomado
Enmasillado
Pátinas

PASO A PASO
Vitral dibujado con líneas de plomo
Vitral con vidrios industriales texturados
Vitral con vidrios antiguos
Vitral pintado con grisallas
Vitral pintado con esmaltes
Vitral con cinta de cobre
Vitral con cemento
Vitral con silicona

RESTAURACIÓN DEL VITRAL
El oficio de restaurar
Procesos básicos de la restauración
Reposición de vidrios desaparecidos
Cómo restaurar un vitral emplomado

GLOSARIO
BIBLIOGRAFÍA Y AGRADECIMIENTOS
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Leseprobe


Historia del vitral


En este capítulo se ofrece un breve resumen de la historia de la realización y el uso del vitral, también llamado vidriera, a través de los siglos. La utilización de vidrios como cierre traslúcido de las ventanas u otros huecos ya se practicaba en la antigüedad. Se han encontrado fragmentos de vidrios en Pompeya, Herculano, Roma y en otras ciudades del Imperio romano.

No obstante, el gran desarrollo de este arte, cuyos antecedentes más próximos desde el punto de vista técnico son el mosaico y los esmaltes alveolados, se inició con la aparición del cristianismo y evolucionó, sobre todo, durante los períodos románico y gótico. En los siglos XIX y XX, tras sufrir un largo período de decadencia, volvió a emerger con fuerza y hoy día es una de las artes más vivas y renovadoras del panorama artístico.

La técnica de realizar los vitrales, que permaneció invariable hasta el siglo XII, está recogida en la Diversarum artium schedula, del monje Teófilo, donde se describe con gran minuciosidad el proceso y la forma de construir vitrales, hornos y crisoles. Las limaduras de hierro y su óxido se aplicaban sobre el vidrio para crear dibujos. Una vez seca la pasta, se cubrían los vidrios con cal y se colocaban en un horno de leña, para hornearlos a una temperatura que no alcanzara el punto de fusión. La masilla, aplicada en las junturas entre el vidrio y el plomo para impedir que el agua de lluvia penetre en el interior, se elaboraba con cenizas y aceite de linaza.

En los siglos XIX y XX, con la aparición de nuevos materiales y el desarrollo tecnológico, el proceso de realización del vitral varió sensiblemente. Sin embargo, los grandes artesanos siguen aplicando todas aquellas técnicas del pasado que las máquinas y los nuevos sistemas de fabricación no han logrado reproducir ni superar.


Prerrománico y Románico

Prerrománico

Los primeros vitrales artísticos conservados datan del período carolingio. Éstos no se relacionan con la arquitectura, sino con las artes suntuarias y más concretamente con la orfebrería. El más antiguo hasta hoy hallado se encuentra en el cementerio francés de Séry-lès-Mézieres; se cree que formaba parte de un relicario. Está formado por diversas piezas de vidrio, todas ellas unidas con plomo, que representan una cruz con adornos florales en los lados, y las letras alfa y omega flanqueándola.

En las excavaciones realizadas en 1932, en la abadía de Lorsch, en el estado de Hesse, Alemania, se encontró un pequeño vitral muy fragmentado, donde aparece la cabeza de Cristo; se cree que es de finales del siglo IX o principios del X. Otra cabeza de Cristo, del siglo IX, procedente de la iglesia abacial de Wissembourg, Alsacia, es la imagen más antigua de Cristo conservada intacta en una vidriera.

Estos restos tienen una gran semejanza estilística, y pueden considerarse las primeras muestras de vitral figurativo occidental. Su estudio confirma los distintos procedimientos técnicos descritos por Teófilo. La forma de aplicar la grisalla, con trazos gruesos, casi grotescos, dispuestos en la parte de los ojos, cabellos y barba, lo mismo que la veladura ocre que modela las sombras en unión del perfilado, han perdurado hasta la actualidad.

Vitrales que integran los tres ventanales situados debajo del rosetón de la fachada occidental de la catedral de Chartres, Francia, realizados entre 1145 y 1155. De izquierda a derecha, la Pasión, la Infancia de Cristo y el Árbol de Jesé.

Románico

En los siglos XI, XII y parte del XIII se desarrolló en Europa el estilo románico. Los grandes y espesos muros de las iglesias ostentaban pequeñas aberturas a través de las cuales pasaba la luz. Cuando se trataba de iglesias importantes o catedrales, estas aberturas eran protegidas con vitrales, que recibieron una fuerte influencia, tanto desde el punto de vista estilístico como iconográfico, de la miniatura. Los tipos de vidrieras más habituales en esta etapa son los de medallón y los que representan a personajes.

En los medallones se reproducían escenas bíblicas, de la vida de los santos y acontecimientos populares y cotidianos. Estos medallones podían ser redondos, ovalados o cuadrados, rodeados por una estructura de hierro. Las cenefas que siguen el perímetro del medallón cumplían una función ornamental, pero también práctica, para adaptar la vidriera al tamaño de la abertura y para proteger los vidrios interiores, que normalmente representaban escenas y, por tanto, eran más difíciles de sustituir. Por lo general, estas cenefas están formadas por motivos florales o lineales de distintos colores y ocupan una sexta parte del ancho del vidrio.

Fragmento de vitral del siglo IX con la representación de la cabeza de Cristo, procedente de la iglesia abacial de Wissembourg, en Alsacia. Obsérvense los rasgos perfilados con grisalla, característicos del incipiente estilo románico. Actualmente, esta pieza se halla conservada en el museo de Oeuvre Notre-Dame de Estrasburgo, Francia.

En los vitrales dedicados a un solo personaje, la figura acostumbra a ser de tamaño monumental y tiene los rasgos muy marcados; se solían colocar en las ventanas del triforio.

Francia fue una de las regiones europeas que desempeñó un papel más relevante por lo que se refiere al desarrollo del Románico. Los vitrales más importantes de este estilo de Francia se hallan emplazados en las zonas de Le Mans y Poitiers. Todos ellos muestran una cronología avanzada dentro del Románico y participan de las mismas influencias estilísticas.

La catedral de Le Mans alberga uno de los conjuntos de vitrales más importantes de la época: la escena de la Ascensión de Cristo, desarrollada en cuatro paneles y realizada en 1145. La figura de la Virgen preside el conjunto y está flanqueada por tres apóstoles a cada lado. Cabe destacar el dominio de la técnica y la soltura con que el artista supo combinar los colores del fondo con los de las vestimentas.

Los vitrales de la catedral de Poitiers, ejecutados en 1162, presentan una gran homogeneidad, lo cual lleva a pensar que son obra de un mismo taller o pertenecen a una misma escuela, que concebía y efectuaba sus obras con un sentido y una metodología propios. De todo el conjunto cabe destacar, por su belleza y perfección técnica, la escena de la Crucifixión, completada en la parte superior por la Ascensión de Cristo y en la inferior por la Muerte de san Pedro.

Sin embargo, es en Saint-Denis y en Chartres donde el vitral adquiere naturaleza propia al integrarse en la arquitectura emergente, siendo considerado como elemento de primer orden por los arquitectos en sus construcciones. La figura del abad Suger de Saint-Denis fue muy importante por la innovación estilística que protagonizó, introduciendo elementos que presagiaban la llegada del Gótico.

La catedral de Chartres ostenta tres vitrales -el Árbol de Jesé, la Infancia de Cristo y la Pasión de Cristo-, realizados entre 1145 y 1155, que presentan una acusada influencia de los de la abadía de Saint-Denis, que desgraciadamente han desaparecido en su mayoría y los que restan fueron sometidos a una restauración a mediados del siglo XIX o están esparcidos en distintas iglesias y colecciones privadas. Las figuras de Chartres han dejado atrás el hieratismo propio del Románico y han adquirido movilidad y expresividad. En la misma catedral se puede contemplar el hermoso vitral de Notre-Dame de la Belle Verrière (Nuestra Señora de la Bella Vidriera), ejecutado hacia 1150. Se trata de una obra singular, de la cual sólo los cuatro paneles de la parte central, ocupados por la Virgen y el Niño, pertenecen a esa fecha; los ángeles que rodean a la Virgen fueron añadidos en el siglo XIII. Desde una perspectiva técnica, este vitral sintetiza todo el conocimiento francés del vitral del siglo XII, con sus incomparables rojos y azules y el vigor que le proporcionan los trazos realizados con grisalla.

En Alemania se conservan los vitrales más antiguos preservados enteramente: los vitrales de la catedral de Augsburgo denominados de los cinco profetas, porque representan a los profetas del Antiguo Testamento David, Moisés, Daniel, Oseas y Jonás. Las figuras rebasan los dos metros de altura. Fueron realizados a finales del siglo XI en el taller de la abadía de Tagernsee, cuyas creaciones se encuentran por todo Baviera.

En Inglaterra, la catedral de York alberga la vidriera más antigua de Inglaterra, un fragmento que corresponde a la representación del Árbol de Jesé, o árbol genealógico de cristo, datado de mediados del siglo XII.

Los vitrales correspondientes al siglo XII de la catedral de Canterbury fueron ejecutados con gran maestría. El...
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Autor

Pere Valldepérez, nacido en Jesús-Tortosa (Tarragona, España) en 1946, es vitralista y restaurador de vitrales. Cursó sus estudios en la Escuela Massana de Barcelona. Tras la obtención de diversos premios de ámbito nacional e internacional, estableció su taller en el año 1975 en la misma ciudad que estudió. Desde 1989 es profesor de la Escuela Massana. De su ingente obra cabe destacar el diseño de un conjunto de 130 metros cuadrados de vidrio grabado al ácido para el Salón Gaudí del aeropuerto de Barcelona, proyectado por el arquitecto Óscar Tusquets, la realización de tres vitrales, con técnica de colage, diseñados por el pintor Ángel Jové para la Universidad de Lleida, y la lámpara claraboya de 200 metros cuadrados para el auditorio de Las Palmas de Gran Canaria, también de Óscar Tusquets. Países tan lejanos de su lugar de nacimiento como Zaire y Japón, son receptores de parte de su obra. Asimismo, su labor en el campo de la restauración ha dejado huella no sólo en Barcelona -Palau de la Música Catalana, basílica de Santa Maria del Mar, etc.-, sino también en otros lugares de España (Tarragona, Xativa, Arucas, etc). El libro Pere Valldepérez. Vidres, llum i color, publicado en 1997, recoge una amplia selección de su obra creativa y restauradora.
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Valldepérez, Pere