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Doctor Jefe

E-BookEPUBePub WasserzeichenE-Book
310 Seiten
Spanisch
Ediciones Pàmieserschienen am11.03.2024
Mi vida era muy tranquila hasta que llegó Vincent Cove, un millonario americano insultantemente sexy. Pensé que lo nuestro solo iba a ser una aventura de una noche y que jamás volvería a verlo, pero ha regresado para convertir la mansión inglesa en la que vivo y trabajo en un glamuroso hotel. Por encima de mi cadáver. Ya sé que solo soy una camarera de una ciudad pequeña, y poco puedo hacer ante la inmensa fortuna de Vincent, pero no me rendiré sin pelear. Voy a vencer a esa apisonadora millonaria. Si hubiera sabido lo que planeaba, no me habría acostado con él, y ahora estoy absolutamente decidida a ignorar la química que hay entre nosotros; pero su encanto me despista, su insistencia me irrita y sus antebrazos, su mandíbula firme y su sonrisa diabólica me exasperan. Al menos, no tengo que preocuparme de que vaya a quedarse: él mismo dice que es un trotamundos incapaz de asentarse en ningún sitio, así que no hay ninguna posibilidad de que me dé tiempo a enamorarme de él...

Louise Bay adora la lluvia, Londres, los días en los que no tiene que maquillarse, disfrutar de tiempo a solas, estar con sus amigos, los elefantes y el champán. Todas sus novelas son auténticos best sellers. Doctor Jefe es la última novela de la autora en Phoebe, después del éxito conseguido con Una semana en Nueva York, Altas esferas, Alta sociedad, El escándalo, Noches en París, Noches de promesas, Noches en Índigo, Doctor Inalcanzable y Doctor Perfecto, con la serie Mister (Mister Mayfair, Mister Knightsbridge, Mister Smithfield, Mister Park Lane, Mister Bloomsbury y Mister Notting Hill), además de la serie The Royals (El rey de Wall Street, El príncipe de Park Avenue, El duque de Manhattan, El caballero inglés y El aristócrata de Londres) y la bilogía The Gentlemen (El caballero implacable y El caballero equivocado).
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Verfügbare Formate
BuchKartoniert, Paperback
EUR25,78
E-BookEPUBePub WasserzeichenE-Book
EUR5,99

Produkt

KlappentextMi vida era muy tranquila hasta que llegó Vincent Cove, un millonario americano insultantemente sexy. Pensé que lo nuestro solo iba a ser una aventura de una noche y que jamás volvería a verlo, pero ha regresado para convertir la mansión inglesa en la que vivo y trabajo en un glamuroso hotel. Por encima de mi cadáver. Ya sé que solo soy una camarera de una ciudad pequeña, y poco puedo hacer ante la inmensa fortuna de Vincent, pero no me rendiré sin pelear. Voy a vencer a esa apisonadora millonaria. Si hubiera sabido lo que planeaba, no me habría acostado con él, y ahora estoy absolutamente decidida a ignorar la química que hay entre nosotros; pero su encanto me despista, su insistencia me irrita y sus antebrazos, su mandíbula firme y su sonrisa diabólica me exasperan. Al menos, no tengo que preocuparme de que vaya a quedarse: él mismo dice que es un trotamundos incapaz de asentarse en ningún sitio, así que no hay ninguna posibilidad de que me dé tiempo a enamorarme de él...

Louise Bay adora la lluvia, Londres, los días en los que no tiene que maquillarse, disfrutar de tiempo a solas, estar con sus amigos, los elefantes y el champán. Todas sus novelas son auténticos best sellers. Doctor Jefe es la última novela de la autora en Phoebe, después del éxito conseguido con Una semana en Nueva York, Altas esferas, Alta sociedad, El escándalo, Noches en París, Noches de promesas, Noches en Índigo, Doctor Inalcanzable y Doctor Perfecto, con la serie Mister (Mister Mayfair, Mister Knightsbridge, Mister Smithfield, Mister Park Lane, Mister Bloomsbury y Mister Notting Hill), además de la serie The Royals (El rey de Wall Street, El príncipe de Park Avenue, El duque de Manhattan, El caballero inglés y El aristócrata de Londres) y la bilogía The Gentlemen (El caballero implacable y El caballero equivocado).
Details
Weitere ISBN/GTIN9788410070103
ProduktartE-Book
EinbandartE-Book
FormatEPUB
Format HinweisePub Wasserzeichen
FormatE101
Erscheinungsjahr2024
Erscheinungsdatum11.03.2024
Seiten310 Seiten
SpracheSpanisch
Dateigrösse2869 Kbytes
Artikel-Nr.14117475
Rubriken
Genre9201

Inhalt/Kritik

Leseprobe


2

Vincent

Jacob y Sutton no llegan tarde: yo he llegado demasiado pronto porque quería ver el lugar antes de que me distrajeran. Visitar la tetería, ver esos manteles rosas a cuadros, escuchar lo que cantan las dos mujeres que están detrás del mostrador... Quiero echar un vistazo a los jardines, hacerme una idea del aspecto que debe de tener la casa cuando no está abarrotada de turistas y escuchar lo que me dice el instinto. Soy un fanático de los datos, pero cuando pretendo invertir en algo, aunque los números parezcan buenos, también tengo en cuenta mi intuición.

La señora del mostrador se pone a cantar el tema de America de West Side Story que suena por el altavoz. Sonrío: parece muy feliz.

El ruido de pasos que se acercan me hace levantar la vista.

-Su café -dice la empleada joven.

-Gracias. -Giro la taza para que el asa quede al otro lado.

-Otro zurdo -sonríe. Lleva un uniforme rosa a rayas con un volante en el cuello y un delantal blanco.

No debería ser tan seductora porque, en realidad, parece muy inocente.

-A su amiga le gusta cantar -digo.

-Nos gusta a las dos -responde-. No podría trabajar en un lugar donde no pudiera cantar -explica, inexpresiva, y no sé si está hablando en serio hasta que una enorme sonrisa aparece en su rostro.

Es deslumbrante: tiene unos brillantes ojos azules y lleva el pelo recogido en una coleta que se mueve al caminar... e imagino que también cuando hace otras cosas.

-¿Puedo ofrecerle algo más?

Entrecierro los ojos.

-Nada de lo que hay en la carta. -Se sonroja, y me reprendo mentalmente por no haber sido más caballeroso-. Nada más, gracias.

Suena la campanilla de la puerta y entran Sutton y Parker, a la que no esperaba, seguidas de cerca por Jacob y Tristan, el novio de Parker.

Me levanto y me aparto de la mesa.

-Hemos venido en cuarteto -dice Sutton-. Tengo que aprovechar para ver al mayor número de amigos posible en mis días libres.

-Cuantos más seamos, mejor -digo, abrazando a Sutton. Con tanta gente, esto se parecerá a la típica reunión familiar, y eso es exactamente lo que busco. Hoy mi familia va a contribuir a mis planes sin ser consciente de ello.

Todo el mundo retira las sillas y se quita los abrigos. Echo un vistazo al mostrador y capto la atención de la mujer más joven. Sin que yo diga nada, coge un bloc y se acerca al grupo.

-Buenos días a todos. Bienvenidos a Crompton. ¿Qué van a tomar?

La observo mientras anota cuidadosamente el pedido, repitiendo lo que dice cada uno. En cada ocasión, me mira un instante como si quisiera comprobar que sigo aquí.

Entonces vuelve a sonar la campanilla y entran mis tíos.

-Me estoy congelando, Carole. Por eso llevo dos jerséis y un abrigo.

Mi tía hace caso omiso de las quejas de mi tío, a las que está más que acostumbrada, y abraza a su hijo, a la futura esposa de este y a sus amigos.

Echo un vistazo al mostrador: mi «amiga» se dirige hacia aquí de nuevo.

-Dos tazas de té y un pastel de zanahoria para John -le pido.

-¿Va a tomar dos tazas de té? -pregunta. Luego sacude la cabeza y se da cuenta de lo que he querido decir. Se queda mirando a mis tíos mientras se retuercen para quitarse todas las capas de ropa y una sonrisita se dibuja en sus labios. Señala a Carole y a John con un movimiento del bolígrafo que nadie, excepto yo, ha podido ver-. ¿Son sus padres?

Sonrío. La señora mayor no es la única que hace demasiadas preguntas.

Me muevo un par de pasos para alejarme de la multitud que forma mi familia, y ella me sigue.

-¿Cómo se llama? -pregunto.

-Kate.

Contemplo las ondas oscuras que se escapan de su coleta, las tres pecas que tiene en el pómulo izquierdo, y disfruto del rubor que le sube por el cuello. No quiero avergonzarla.

-Son mis tíos -explico-. Jacob es mi primo, el hijo mayor de Carole y John. Sutton es su futura esposa.

-Prometida -me corrige.

Sonrío y me meto las manos en los bolsillos para no sentir la tentación de hacer algo con ellas.

-Vale. Entonces, Parker es la mejor amiga de Sutton y Tristan es su prometido.

Asiente como si estuviera satisfecha con mi respuesta.

-Una gran familia. Y todo el mundo está prometido.

Me río entre dientes.

-Yo no. -La miro a los ojos. No sé por qué estoy coqueteando así porque no pretendo pedirle el teléfono o que salga a cenar conmigo, pero la verdad es que me siento inexplicablemente atraído por ella.

-También va a venir Nathan, otro de mis cinco primos. La esposa de Nathan tiene trabajo, así que no va a acompañarnos.

Suspira, se vuelve hacia mí y me pone la mano en el brazo. Hay demasiada familiaridad en ese gesto, pero me parece perfecto.

-Que pase un día estupendo. -La sinceridad con la que lo dice me toma por sorpresa; da media vuelta y regresa al mostrador.

-Gracias, Kate -respondo.

Suena una melodía que me resulta familiar y la reconozco al oír la letra: es Good Morning, de Cantando bajo la lluvia.

-Ya no se hace música así -dice John-. Es un tema estupendo, no como los de Andrew Lloyd Webber. Cantando bajo la lluvia es un musical de verdad.

Siguen hablando y riéndose. Da gusto verlos tan felices, aunque no tenga ni idea de qué se ríen.

-¿Todo bien? -les pregunto.

-Estaría mejor con una taza de té -responde John-. ¿Tenemos que levantarnos a pedir?

-No -digo-, ya he pedido.

-Eres un buen tipo, Vincent. A diferencia de mi familia.

Sonrío, aunque el cosquilleo en la nuca se intensifica.

Kate vuelve con una bandeja de bebidas.

-¿Alguna cosa más? -pregunta en mi dirección.

-Cuando llegue Nathan -respondo.

-Volveré cuando llegue Nathan, entonces. -Me sonríe y regresa al mostrador canturreando.

-Las mujeres británicas son estupendas -afirma Sutton.

Me vuelvo hacia ella; está claro que nos estaba mirando a Kate y a mí.

Me río entre dientes.

-Hay mujeres guapas hay en todas partes, Sutton.

-¿Has estado enamorado alguna vez? -pregunta.

No tengo ningún interés en meterme en esa conversación. Supongo que es normal que las parejas de enamorados quieran lo mismo para todos a los que conocen, pero conmigo pierden el tiempo. Soy un bala perdida y no tengo ningún interés en encontrar a mi media naranja y pasar con ella el resto de mi vida; no tengo ningún interés en nada que sea «para el resto de mi vida».

-Estoy enamorado de la vida misma -respondo. Por suerte para mí se abre la puerta de la cafetería y entra Nathan, del brazo de una mujer que tiene al menos sesenta años más que él, es decir, unos noventa.

-Aquí están, Gladys. Te dije que me esperarían. Vamos a sentarnos. -Nathan levanta la vista y me hace un gesto con la cabeza-. Vincent, ¿puedes pedir una taza de té para Gladys? No, mejor que sean dos tazas de té y un zumo de naranja. Su hija y su nieta están en el baño y vendrán dentro de un minuto.

Me dirijo al mostrador para hacer el pedido. Kate no está, pero entonces se abre la puerta tras el mostrador y reaparece. Nos miramos un instante antes de que se dé cuenta de que han llegado más clientes.

-¡Gladys! -exclama Kate-. La semana pasada no te vi. ¿Va todo bien? -Rodea el mostrador, le toma el relevo a Nathan y acompaña a Gladys hasta la mesa más cercana al mostrador.

Gladys y ella se ponen a charlar, pero no consigo entender lo que dicen por culpa del ruido que hace nuestro grupo al saludar a Nathan. Me siento, bebo un sorbo de café y me divierto atendiendo a las al menos doce conversaciones distintas al mismo tiempo que mantienen mis familiares.

-¿Ya estamos todos? -pregunta Carole, que está a mi lado.

Asiento.

-Que yo sepa, no nos faltan más Cove.

Me da unas palmaditas en la rodilla.

-Me alegro de volver a verte. Hacía meses que no venías. Quizá esta vez te quedes un poco más.

El cosquilleo en la nuca casi ha desaparecido; la beso en la mejilla.

-Vengo siempre que puedo -respondo-, pero reconozco que echo de menos este lugar cuando me encuentro fuera.

-¿Por qué estamos aquí? -pregunta-. Dudo mucho que nos hayas traído solo para pasar el día.

Mi tía era una cirujana de renombre con una importante carrera profesional a sus espaldas. Es, con diferencia, el miembro más listo de nuestra familia, y no se le escapa una.

-Nadie se cree que hayamos venido solo a pasar el día -interviene John.

Me aseguro de que nadie -sobre todo, Kate y la mujer mayor que trabaja en la cafetería- está escuchando.

-¿Podéis fingir que os lo creéis al menos mientras estemos aquí? Os lo contaré todo más tarde.

Lo último que quiero es que Kate y la mujer mayor me escuchen, porque podrían sacar sus propias conclusiones.

-Claro. Si me aseguras que todo va bien -dice Carole.

Recibo mensajes o correos y llamadas de todos mis primos e incluso de mi tío, pero siempre es Carole quien se asegura de que estoy bien. Lo ha hecho desde que yo era niño y fantaseaba con perder el avión de regreso a Estados Unidos después de pasar el verano en Inglaterra con ella y John. Supongo que por eso...

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Louise Bay adora la lluvia, Londres, los días en los que no tiene que maquillarse, disfrutar de tiempo a solas, estar con sus amigos, los elefantes y el champán. Todas sus novelas son auténticos best sellers.
Doctor Jefe es la última novela de la autora en Phoebe, después del éxito conseguido con Una semana en Nueva York, Altas esferas, Alta sociedad, El escándalo, Noches en París, Noches de promesas, Noches en Índigo, Doctor Inalcanzable y Doctor Perfecto, con la serie Mister (Mister Mayfair, Mister Knightsbridge, Mister Smithfield, Mister Park Lane, Mister Bloomsbury y Mister Notting Hill), además de la serie The Royals (El rey de Wall Street, El príncipe de Park Avenue, El duque de Manhattan, El caballero inglés y El aristócrata de Londres) y la bilogía The Gentlemen (El caballero implacable y El caballero equivocado).

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