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Vendedor de Sueños

E-BookEPUBePub WasserzeichenE-Book
288 Seiten
Spanisch
Nowtiluserschienen am01.01.20101. Auflage
Vendedor de Sueños está compuesto por 26 capítulos llenos de detalles que muestran cómo se prepara un festival de estas características. Pero lo más interesantes es que podremos emocionarnos con episodios sorprendentes, capítulos amenos, situaciones curiosas y muchas veces surrealistas. La desilusión es una perniciosa plaga para este empresario, cuya biografía autorizada, escrita por Marcos Eduardo Neves, se titula Vendedor de sueños (Nowtilus). Sobre todo lo es para un modelo de negocio como el de Rock in Rio, en el que los patrocinadores son cruciales. Su padre le enseñó a soñar con neveras y estufas que pintaba de colores chillones para diferenciarse de las blancas de la competencia. Él, Roberto Medina, imagina megaconciertos por el mundo con su idea, Rock en Río. En su biografía, que no casualmente se titula El vendedor de sueños, narra el hecho fundacional de la dinastía. Abraham Medina, su padre, al que admira profundamente, era dueño de la cadena de electrodomésticos más grande de Brasil. Y es que el periodista Eduardo Neves ha escrito el 'Vendedor de sueños', libro que narra la vida del empresario y publicista brasileño antes de la llegada de Rock in Rio a España. La obra editada por la casa Nowtilus, destapa en 26 capítulos el camino que Medina ha recorrido para convertirse en un modelo a seguir. La biografía del creador de Rock in Río, el festival musical más grande de la historia, un hombre incansable capaz de reunir a figuras como Freddie Mercury, Bob Dylan, Santana o Alejandro Sanz.

Periodista del 'Jornal do Brasil', Marcos Eduardo Neves (32 años), comenzó su carrera como crítico musical de la Web First Class Rio. Asesor de Comunicación de la Orquesta Sinfónica Brasileña, lanzó a los 27 años su primer libro, Ángel o demonio. Es Director Ejecutivo de MEN Produçoes Jornalisticas (MEN Producciones Periodísticas) y en 2006 publicó su último libro
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Produkt

KlappentextVendedor de Sueños está compuesto por 26 capítulos llenos de detalles que muestran cómo se prepara un festival de estas características. Pero lo más interesantes es que podremos emocionarnos con episodios sorprendentes, capítulos amenos, situaciones curiosas y muchas veces surrealistas. La desilusión es una perniciosa plaga para este empresario, cuya biografía autorizada, escrita por Marcos Eduardo Neves, se titula Vendedor de sueños (Nowtilus). Sobre todo lo es para un modelo de negocio como el de Rock in Rio, en el que los patrocinadores son cruciales. Su padre le enseñó a soñar con neveras y estufas que pintaba de colores chillones para diferenciarse de las blancas de la competencia. Él, Roberto Medina, imagina megaconciertos por el mundo con su idea, Rock en Río. En su biografía, que no casualmente se titula El vendedor de sueños, narra el hecho fundacional de la dinastía. Abraham Medina, su padre, al que admira profundamente, era dueño de la cadena de electrodomésticos más grande de Brasil. Y es que el periodista Eduardo Neves ha escrito el 'Vendedor de sueños', libro que narra la vida del empresario y publicista brasileño antes de la llegada de Rock in Rio a España. La obra editada por la casa Nowtilus, destapa en 26 capítulos el camino que Medina ha recorrido para convertirse en un modelo a seguir. La biografía del creador de Rock in Río, el festival musical más grande de la historia, un hombre incansable capaz de reunir a figuras como Freddie Mercury, Bob Dylan, Santana o Alejandro Sanz.

Periodista del 'Jornal do Brasil', Marcos Eduardo Neves (32 años), comenzó su carrera como crítico musical de la Web First Class Rio. Asesor de Comunicación de la Orquesta Sinfónica Brasileña, lanzó a los 27 años su primer libro, Ángel o demonio. Es Director Ejecutivo de MEN Produçoes Jornalisticas (MEN Producciones Periodísticas) y en 2006 publicó su último libro
Details
Weitere ISBN/GTIN9788497635431
ProduktartE-Book
EinbandartE-Book
FormatEPUB
Format HinweisePub Wasserzeichen
FormatE101
Verlag
Erscheinungsjahr2010
Erscheinungsdatum01.01.2010
Auflage1. Auflage
Seiten288 Seiten
SpracheSpanisch
Dateigrösse3795 Kbytes
Artikel-Nr.3207069
Rubriken
Genre9201

Inhalt/Kritik

Leseprobe


PASAPORTE AL ÉXITO


 

El deslumbramiento se dio allí. Uno de sus clientes, la Seagram, acababa de ofrecerle a Artplan la promoción del whisky Mansion House. Cuando le encargaron un cartel de propaganda -de esos que aparecen expuestos en los bares-, Roberto Medina no solo diseñó un atractivo anuncio, sino que creó un proyecto que aspiraba a incrementar la venta del producto de manera notable. En aquel momento, su plan parecía no tener pies ni cabeza, pues el presupuesto era mínimo: solo alcanzaba para hacer el cartel y punto. Pero Medina creía en su idea de que era posible darle un endorsement (respaldo) internacional a la bebida y asegurarle un valor agregado. Esta propuesta era importante porque, al fin y al cabo, los whiskies embotellados en Brasil llevan el rótulo industria brasileña cuando no tiene por qué hacerlo, pues solo se embotellan en el país. Así se pierde la credibilidad, indudablemente. Por eso, Roberto Medina pensó que sería mejor romper esa imagen: el certificado de calidad volvería al producto aún más verosímil. El publicista, entonces, llevó al gerente de Seagram un proyecto audaz: quería hacer un anuncio, mejor dicho toda una campaña, protagonizada nada menos que por David Niven.

Nacido en Londres en marzo de 1910, James David Graham Niven, a los 66 años, era una figura destacada del cine internacional, uno de los principales astros de Hollywood. Después de algunos trabajos como figurante, su carrera despegó a los 25 años, cuando lo descubrió Samuel Goldwyn y le propuso inmediatamente trabajar en su compañía. Con Mesas separadas (1958), Niven ganó su primer Oscar, superando a aspirantes de peso como Paul Newman, Tony Curtis y Spencer Tracy. En 1976 se preparaba para el rodaje de Muerte en el Nilo. No había duda de que su firma, en cualquier producto, vendería. El problema era conseguirla.

Roberto Medina le transmitió su idea al gerente de la Seagram, quien, en lugar de rechazarla de inmediato, le pidió unos minutos al publicista. Dejó a Medina solo en una sala y, después de un cuarto de hora, volvió con una expresión de euforia:

-Venga conmigo, le voy a presentar al presidente de la compañía.

Aparte del gerente, Medina no conocía a nadie en la Seagram. Se ocupaba del producto menos rentable. Pero, sentado frente al presidente, José Gonçalves, seguro de sí, firme, expuso su idea de hacer un spot comercial con David Niven. Explicó la importancia del endorsement, el porqué de su propuesta. Después de su exposición, directa, clara y sucinta, el ejecutivo se volvió hacia el joven y preguntó:

-¿Y eso cuánto me va a costar?

-Trescientos mil dólares -respondió sin pestañear.

A decir verdad, Medina no sabía a ciencia cierta cuánto costaría el proyecto. Ni siquiera conocía al actor ni lo había sondeado previamente. Sin embargo, en aquel momento, tenía que recurrir a una salida rápida, a un juego de cintura, para no perder credibilidad. Necesitaba decir una cantidad para poder seguir conversando, un valor aproximado; en caso contrario, el asunto se agotaría en ese preciso instante. Después de unos segundos de introspección, el ejecutivo le dijo lo que pensaba:

-Bien, si eso es posible, estoy de acuerdo -Medina sonrió para sí-, pero no con el Mansion House. Tengo que lanzar otro producto para una campaña como esa.

Al final, Medina consiguió otra promoción: el whisky Passport.

Como buen profesional, cumplió con el encargo prometido y el cartel de propaganda del Mansion House quedó estupendo.

Pocos días después Roberto viajó a Los Ángeles para hacer contactos y acceder al actor. Lo cierto es que logró encontrarlo sin mayores dificultades. Sin embargo, su idea de llevarlo a Brasil no se concretó porque Kristina, la hija adoptiva de Niven, de 16 años, sufrió un terrible accidente de coche en Suiza. La solución fue filmar el spot en un castillo de Inglaterra, donde el actor se encontraba en pleno rodaje. En el comercial, el actor decía que en Gran Bretaña se bebía whisky de manera diferente -puro, al estilo cowboy-, mientras que en Brasil se tomaba con hielo. Al final, brindaba por los brasileños y les deseaba salud, todo en portugués, lo que confería un resultado técnico fantástico, enfatizado por la hermosa banda sonora de fondo que se había elegido. Está de más decir que la campaña protagonizada por Niven obtuvo un éxito clamoroso.

-Aumentamos la venta hasta en un 900 % -recuerda Medina-. No vendimos más porque no quedaban botellas. Cisper, la compañía que producía las botellas de la Seagram, no conseguía entregarlas a la velocidad con que se vendía el whisky.

El spot se convirtió en el hit de Brasil. Solo se hablaba de eso y, además, el whisky desaparecía de las estanterías a una velocidad impresionante. Pasó un año y José Gonçalves, el presidente de la Seagram -con quien, para entonces, ya Medina había trabado una buena relación- lo citó para un nuevo encuentro.

-Ahora tenemos un problema, Roberto.

-¿Cuál?

-¿Cómo vamos a dar continuidad a la campaña? Nadie supera a David Niven.

De pronto, Medina replicó:

-No, señor. Hay alguien aún mejor que él.

-¿Quién?

-Frank Sinatra.

-Ah, claro⦠claro⦠Pero estamos de acuerdo en que Frank Sinatra es absolutamente imposible, ¿no?

-¿Imposible? ¿Por qué?

-¡Imposible! ¡Él nunca ha hecho un spot en su vida! -el tono de Gonçalves reflejó cierto desdén.

-No, señor, discúlpeme, pero no es imposible. Y por esa razón creo que es el hombre ideal.

Gonçalves reflexionó un momento.

-Bien, Roberto, pero recuerda que tenemos un plazo. Esta es una campaña que no puede parar. ¿Y si lo que intentas después no resulta? Me parece mejor que creemos un plan B, una alternativa en caso de que el primer intento fracase.

Confiado, Medina dio la palabra final.

-¡No! No voy a crear ninguna alternativa. Voy a hacer el spot con Frank Sinatra y no se hable más.

La suerte estaba echada.

Al sentir que estaba en el momento justo para volar más alto después del afortunado anuncio con David Niven, Roberto Medina empezó a reunir fuerzas para transformar en realidad el sueño de contratar a Frank Sinatra, el mejor cantante del mundo.

El publicista tenía plena conciencia de la magnitud del cantante. The Voice había grabado hasta entonces cerca de dos mil canciones en casi 700 discos. Hombre imprevisible, de humor variable, que reaccionaba por instinto, Sinatra se había enfrentado a varios procesos por implicación con la mafia y, con el mismo talento con el que encantaba a multitudes a lo largo del planeta, sorteaba con gallardía las críticas por sus contradicciones políticas en los últimos años. Medina sabía que no sería fácil convencerlo pero, confiando en sí mismo y en su habilidad, se empeñó en hacer posible lo inimaginable.

Su idea era grabar el spot en el Caesar´s Palace, una especie de cuartel general de Sinatra en Las Vegas. En el anuncio, de 30 segundos, el cantante llegaría al lugar en un Rolls-Royce, saldría del coche, entraría paseando por el casino frente a las miradas y flashes del público y haría una declaración sobre el Passport en el escenario. Medina vislumbraba una actuación impecable de Sinatra, como en De aquí a la eternidad, película con la que consiguió el Oscar al mejor actor de reparto en 1953.

Como primer paso en su largo recorrido para llegar a Sinatra, Medina buscó la ayuda de Sergio Mendes.

A los 37 años, Sergio Mendes, nacido en Nitéroi -y que recibiría el premio Grammy en 1993-, era uno de los músicos brasileños más célebres en el exterior. En 1962, se presentó en el Carnegie Hall, en Nueva York, antes incluso de formar Brazil 66, que realizó giras de éxito y logró que una canción, Más que nada, se situase entre las más difundidas en los Estados Unidos.

A Sergio Mendes le hizo mucha gracia enterarse de la idea del spot comercial con Frank Sinatra. Sin embargo, como Medina se mostró muy decidido, le dio el teléfono de Robert Fielkenstine, abogado del cantante.

Medina no tardó en hacer el primer contacto con él. Planteada la idea del spot, Fielkenstine le dijo que analizaría el proyecto. Una semana después, como no hubo respuesta, Medina le envió un télex. Como siguió sin recibir respuesta, mandó otro a la semana siguiente. El tercero, poco después. Un mes y nada. Cuando ya estaba a punto de perder las esperanzas, llegó al despacho del brasileño un télex en el que el abogado estadounidense reconocía que la idea era interesante, pero que necesitaba más detalles.

Medina dio saltos en el aire, al mejor estilo Pelé cuando metía un gol. En cuanto recibió el mensaje, no lo pensó dos veces y se fue a los Estados Unidos.

En dos días, estaba ya a la puerta del despacho del abogado tocando el timbre.

-¿Quién es usted? -preguntó Bob Fielkenstine.

-¡Encantado, soy Roberto Medina!

-Pero, ¿qué está haciendo usted aquí?

-Mire, usted me dijo que quería conocer el proyecto más detalladamente y he venido a darle precisamente esos detalles en persona.

-¿Se ha vuelto loco? ¿Ha venido hasta aquí, desde Brasil?

Después de un momento de desconcierto, seguido de minutos de...
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Autor

Periodista del "Jornal do Brasil", Marcos Eduardo Neves (32 años), comenzó su carrera como crítico musical de la Web First Class Rio. Asesor de Comunicación de la Orquesta Sinfónica Brasileña, lanzó a los 27 años su primer libro, Ángel o demonio. Es Director Ejecutivo de MEN Produçoes Jornalisticas (MEN Producciones Periodísticas) y en 2006 publicó su último libro