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Secretos matemáticos de altos vuelos

E-BookEPUBDRM AdobeE-Book
176 Seiten
Spanisch
Gedisa Editorialerschienen am13.06.2023
¿Cuánto conocimiento matemático se puede almacenar dentro de un cubo? ¿Podemos obtener una obra artística de un cubo cualquiera? Uno de los grandes misterios de la humanidad es la construcción de la Gran Pirámide de Keops. Muchos investigadores a lo largo de la historia han intentado afanosamente descubrirlo. Ese misterio esconde otro relacionado directamente con la matemática y a la vez con el arte de la construcción. Nos referimos al llamado número de oro, sección o razón áurea. Gracias al Doctor Matrix aprenderás que a partir de dos cubos cualquiera es posible crear un modelo a escala de la Gran Pirámide. Es sorprendente lo que puede rescatarse de la aparentemente árida ciencia matemática cuando un escritor de la talla de Gardner te motiva a realizar obras de arte o te enseña a cortar tres pirámides alabeadas idénticas de un simple cubo. En este volumen, el gran divulgador recorre de manera creativa muchos otros aspectos de las matemáticas, como por ejemplo la simetría alfabética de Wizard (refiriéndose a El mago de Oz) o los criptogramas aritméticos de Alan Wayne. Su lectura cambiará para siempre la actitud de reserva que generalmente mostramos hacia esta disciplina.

Martin Gardner fue un reportero, escritor y divulgador científico americano especializado en matemática recreativa, pero con intereses variados, incluyendo la magia, la literatura (especialmente las obras de Lewis Carroll), la filosofía y la religión. Se ocupó de la columna «Juegos matemáticos» de la revista Scientific American durante más de treinta años y fue uno de los creadores de juegos de ingenio más aclamados a nivel internacional. Publicó más de 70 libros.
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Verfügbare Formate
TaschenbuchKartoniert, Paperback
EUR17,50
E-BookEPUBDRM AdobeE-Book
EUR7,99

Produkt

Klappentext¿Cuánto conocimiento matemático se puede almacenar dentro de un cubo? ¿Podemos obtener una obra artística de un cubo cualquiera? Uno de los grandes misterios de la humanidad es la construcción de la Gran Pirámide de Keops. Muchos investigadores a lo largo de la historia han intentado afanosamente descubrirlo. Ese misterio esconde otro relacionado directamente con la matemática y a la vez con el arte de la construcción. Nos referimos al llamado número de oro, sección o razón áurea. Gracias al Doctor Matrix aprenderás que a partir de dos cubos cualquiera es posible crear un modelo a escala de la Gran Pirámide. Es sorprendente lo que puede rescatarse de la aparentemente árida ciencia matemática cuando un escritor de la talla de Gardner te motiva a realizar obras de arte o te enseña a cortar tres pirámides alabeadas idénticas de un simple cubo. En este volumen, el gran divulgador recorre de manera creativa muchos otros aspectos de las matemáticas, como por ejemplo la simetría alfabética de Wizard (refiriéndose a El mago de Oz) o los criptogramas aritméticos de Alan Wayne. Su lectura cambiará para siempre la actitud de reserva que generalmente mostramos hacia esta disciplina.

Martin Gardner fue un reportero, escritor y divulgador científico americano especializado en matemática recreativa, pero con intereses variados, incluyendo la magia, la literatura (especialmente las obras de Lewis Carroll), la filosofía y la religión. Se ocupó de la columna «Juegos matemáticos» de la revista Scientific American durante más de treinta años y fue uno de los creadores de juegos de ingenio más aclamados a nivel internacional. Publicó más de 70 libros.
Details
Weitere ISBN/GTIN9788419406347
ProduktartE-Book
EinbandartE-Book
FormatEPUB
Format HinweisDRM Adobe
FormatE101
Erscheinungsjahr2023
Erscheinungsdatum13.06.2023
Seiten176 Seiten
SpracheSpanisch
Dateigrösse10650 Kbytes
Artikel-Nr.11942697
Rubriken
Genre9201

Inhalt/Kritik

Leseprobe



1
Quinta Avenida

Después de la venta de Villa Cuadrado no volví a recibir noticias del doctor Matrix hasta el 4 de noviembre de 1968, la víspera de las elecciones. Iva me llamó para decirme que ella y su padre pasarían unos días en Nueva York. ¿Podríamos cenar juntos al día siguiente? Desde luego, acepté con gusto. Nos citamos para las 15 en la Promenade de Rockefeller Center, la calle peatonal que va de la Quinta Avenida hasta la estatua dorada de Prometeo, junto a la fuente de la plaza inferior.

Era una tarde gris, pero la temperatura era agradable. Cuando llegué, los encontré paseando en sentido contrario a las agujas del reloj por la ventosa Promenade, con sus macizos de flores. El doctor Matrix representaba al aspecto imponente de siempre: alto, canoso, ojos verdes que contemplaban todo con gran interés. Iva llevaba su cabellera negra recogida y fijada con spray; su minifalda al viento era el centro de todas las miradas masculinas. Nos besamos afectuosamente en las mejillas, y un exótico perfume impregnó mis fosas nasales.

Ocupamos un banco de madera frente a la librería francesa de la Promenade. Iva me dijo que acababan de volver de Djakarta, Indonesia: el gobierno había invitado a su padre a asesorarlo para poner en marcha el Hwa Hwee, la lotería de números de la ciudad. Recordé haber leído en el New York Times (domingo, 9 de junio de 1968) que, desde la legalización de ese antiguo juego chino de azar en Djakarta, a principios de 1968, los cuatro millones de habitantes de la ciudad estaban tan obsesionados con él que incluso habían olvidado los enormes problemas políticos y económicos del país.

Sin entrar en detalles sobre el complejo ritual, el Hwa Hwee consiste en lo siguiente. Todas las mañanas, a las 11, se elige en absoluto secreto un número del 1 al 36. Se encierra el número en un cilindro, el cual se guarda en una bolsa de tela roja; la bolsa cuelga del techo de una «sala de oración» budista en un pequeño salón de juegos del distrito chino de Glodok. Durante el día se difunden pistas enigmáticas. Se reciben apuestas hasta las 23. A las 24 en punto, mensajeros especiales recorren la ciudad en motocicleta gritando «¡Hwa Hwee!» y el número ganador. La apuesta mínima es de 250 rupias (unos 75 centavos de dólar) y el juego paga 25 a 1. La ciudad invierte la mayor parte de sus enormes ganancias en la construcción de escuelas. Durante tres meses el doctor Matrix trabajó con Tan Eng Giap, el autor de las pistas que se difunden durante el día, para elaborar métodos tendientes a evitar las trampas y desalentar el «Hwa Hwee negro», garitos clandestinos que aparecían en los barrios pobres de la gran ciudad.

-El señor Giap, cuyas iniciales invertidas forman GET [conseguir], es un hombre astuto -dijo el doctor Matrix-. Lo conocí hace años, cuando era crupier de un garito clandestino de Djakarta. Sus pistas son verdaderamente ingeniosas.

-Me gustaría quedarme un rato más -dijo Iva al pararse-, pero debo hacer algunas compras. Nos veremos en un par de horas. Hágame acordar que le cuente los problemas que tuvimos en Chicago, donde la mafia contrató a papá para montar su propia lotería.

-Me imagino -dijo el doctor Matrix cuando Iva hubo partido- que usted querrá un pronóstico de los resultados electorales.

-Es precisamente lo que iba a pedirle.

-No cabe duda de que Nixon será el 37° presidente. Observe que 37 es un número primo.4 Lo menciono porque el único presidente cuáquero hasta la fecha fue Herbert Hoover, quien también fue el último en ocupar un número primo en el orden de sucesión: el 31°.

Empecé a tomar apuntes mientras el doctor Matrix desarrollaba su análisis.

-La gran ventaja de Nixon es que su apellido termina con on. Anteriormente, de George Washington a Lyndon Johnson, hubo nueve presidentes on contra un solo ey, William McKinley. Nixon es consciente de esta ventaja, por eso su eslogan electoral es «Nixon s the one» [Nixon es el único]. Wallace obtendrá un buen resultado porque, al igual que muchos presidentes de este siglo, tiene la letra doble. Humphrey obtendrá más votos de lo que cabría esperar debido a sus iniciales HHH, vertical y especularmente simétricas. Para colmo, la H es la octava letra del alfabeto, y el 888 presenta el mismo tipo de simetría. Los tres ochos suman 24, lo mismo que los dígitos de 1968. Desgraciadamente, esto no basta para contrarrestar la ventaja del on sobre el ey.

-¿No le llama la atención -dije- que los últimos dos candidatos por fuera de los partidos tradicionales se llamaran Wallace? Henry Wallace, izquierdista, en 1948. George Wallace, derechista, veinte años después.

-Paralelo a esto -dijo el doctor Matrix- tenemos la extraña inversión derecha-izquierda con los apellidos de Joseph McCarthy y Eugene McCarthy. Por otra parte, los nombres de pila de los dos Wallace forman Henry George, candidato a intendente de Nueva York en 1886 (y 86 es 68 al revés) con un programa basado en la creación de un impuesto único. Demasiado simplista, condenado a la derrota de antemano, igual que los dos Wallace.

Tras una serie de interesantes comentarios sobre los nombres de los tres candidatos presidenciales, que no reproduzco aquí por falta de espacio, el doctor Matrix me enseñó los siguientes juegos con palabras. Los había creado para que yo los empleara, dijo. Pertenecen a un tipo de juego denominado «paso del rey», muy comunes en los viejos libros de acertijos. Se trata de una matriz rectangular, dividida en celdas, con una letra en cada celda. Uno se desplaza de una celda a otra respetando los movimientos del rey en el ajedrez para descubrir un refrán o la mayor cantidad posible de nombres de flores o animales o lo que sea. La mayoría de estos juegos son más bien aburridos, pero el doctor Matrix había inventado una variante menos trivial. Se trata de escribir el nombre completo de una persona conocida, que en lo posible no contenga letras repetidas (aunque esta regla se puede obviar si se permite pasar dos veces por una misma celda) y diseñar un ordenamiento simétrico de celdas cuadradas que permita colocar las letras del nombre en un solo «paso del rey». Hay una restricción adicional: para obtener el número mínimo de celdas, es necesario que cada letra aparezca una sola vez.

El doctor Matrix me mostró dos hermosos ejemplos del juego (véase la Figura 1). En la matriz superior la línea indica cómo, a partir de la L y desplazándose a razón de una celda por vez en cualquier dirección (como el rey en el ajedrez) se puede deletrear LYNDON BAINES JOHNSON. La matriz inferior izquierda contiene las letras de HUBERT HORATIO HUMPHREY. ¿Puede el lector colocar las trece letras de RICHARD MILHOUS NIXON en las celdas de la matriz inferior derecha, de manera tal que un solo paso del rey recorra el nombre completo del presidente? (Véase Respuestas, Uno, l).

-¿Leyó usted el sensacional ataque de Edward Jay Epstein contra Big Jim Garrison, el fiscal de Nueva Orleans, en el New Yorker (13/7/68)?5 Explica cómo Garrison derivó el teléfono secreto de Jack Ruby en Dallas a partir del misterioso número 19106 en la libreta de Lee Harvey Oswald.

(Se reordenan los dígitos escribiendo sucesivamente el primero, el último, el segundo, el anteúltimo y finalmente el central, con lo cual se obtiene el 16901. Se le resta 1300, lo que da el 15601, el número del teléfono particular de Ruby).

-Como método numerológico es sumamente tosco -dijo el doctor Matrix con un brillo divertido en sus ojos color esmeralda-. Otro método más sencillo consiste en dividir el 19106 en 1-9-10-6. Luego se aplica el código de A igual a 0, B igual a 1, C igual a 2, etcétera, con lo que se obtienen las letras BJKG. La K sólo puede referirse a Kennedy, y BJG son las iniciales de Big Jim Garrison. También puede separar todos los dígitos, 1-9-1-0-6; con lo cual obtiene BJBAG, Big Jim s Bag [el arresto de Big Jim].

El mismo código, añadió el doctor Matrix, se puede aplicar al 18960, es decir, la diferencia entre el 191006 de Oswald y el 00416, el número de la celda de James Earley Ray antes de su fuga de la penitenciaría estatal de Missouri en 1967. 1-8-9-6-0 se convierte en BIGJA, el comienzo de Big James.

-Le escribiré a Mort Sahl -reí, mientras anotaba estos datos.6

Nos paramos y paseamos lentamente por la Quinta Avenida.

-El año próximo será interesante -dijo el doctor Matrix-; el 69 se puede invertir. Un número apropiado para finalizar la década de 1960, tan enfermiza y cargada de sexo. El revés del 69 es el 96, y sus nombres en inglés, SIXTY-NINE y NINETY-SIX, son anagramas.

En una vidriera vimos varios ejemplares de un reciente best-seller: The Double Helix, de James D. Watson.

-El premio Nobel 1962 fue compartido por Crick, Watson and [y] Wilkins -dijo el doctor Matrix, pensativo-. No sé si observó que and es DNA al revés.

Señalé los enormes números 666 en el Edificio Tishman, Quinta Avenida 666.

-¿Le sugiere algún comentario?

-Ya hemos hablado de la marca de la Bestia en el libro del Apocalipsis -suspiró-. Le digo con franqueza que el tema me aburre....

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