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La era de los embusteros

E-BookEPUBDRM AdobeE-Book
280 Seiten
Spanisch
Siglo XXI Editores Méxicoerschienen am07.04.20201
Liu Zhenyun, narrador de la gran aventura del día a día, aborda dos complejas realidades en La era de los embusteros: la sociedad china actual y el alma humana. Avaricia. El dinero es el motor del mundo, los ambiciosos, bajo ninguna circunstancia, lo dejan escapar. El resultado no es bueno. La realidad de la China moderna se muestra al lector como una degenerada sombra de un luminoso proyecto. Un sistema que tiene como principios la igualdad, el bienestar y la armonía, que dio esperanza a millones y millones de parias, con el paso de los años ha ido decayendo hasta convertirse en un peligroso campo de batalla en el que todos pelean por ganar dinero, sin importar desgraciar al prójimo; un sistema que devora y escupe a quienes luchan entre sí por conseguir no más, sino lo de los demás, sin ética y sin remordimiento, con la extrema practicidad que caracteriza a esta sociedad oriental. La mezcla de avaricia y envidia, amalgamada por autos, relojes, lujos, poder, dinero, vírgenes y prostitutas... da como resultado la vida real. Individualismo. El autor disecciona el alma humana, que tampoco arroja datos positivos. Lo mío es mío, lo tuyo debería ser mío. El ciudadano que él recrea en sus relaciones cotidianas ya hace mucho tiempo que perdió los valores de comunidad y dejó de confiar en los demás. Yuanes, moutai y mensajes de WeChat para hombres y mujeres solitarios en las ciudades más pobladas del mundo.

Liu Zhenyun, novelista y dramadurgo de China, nació el mayo de 1958 en el distrito de Yanjin de la ciudad de Xinxiang de la provincia Henan, en el centro de China. Se graduó en la facultad de lengua china de la Universidad de Beijing. Después de la graduación, se convirtió en periodista para el Diario de los Campesinos. En la década de 1980, Liu comenzó a concentrarse seriamente en su carrera literaria, publicando su novela debut, Tapu, en 1987. En Siglo XXI Editores ha publicado La era de los embusteros (2020), Yo no soy una mujerzuela (2019), El pequeño gran salto de Liu (2018) y La palabra que vale por diez mil (2018).
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Produkt

KlappentextLiu Zhenyun, narrador de la gran aventura del día a día, aborda dos complejas realidades en La era de los embusteros: la sociedad china actual y el alma humana. Avaricia. El dinero es el motor del mundo, los ambiciosos, bajo ninguna circunstancia, lo dejan escapar. El resultado no es bueno. La realidad de la China moderna se muestra al lector como una degenerada sombra de un luminoso proyecto. Un sistema que tiene como principios la igualdad, el bienestar y la armonía, que dio esperanza a millones y millones de parias, con el paso de los años ha ido decayendo hasta convertirse en un peligroso campo de batalla en el que todos pelean por ganar dinero, sin importar desgraciar al prójimo; un sistema que devora y escupe a quienes luchan entre sí por conseguir no más, sino lo de los demás, sin ética y sin remordimiento, con la extrema practicidad que caracteriza a esta sociedad oriental. La mezcla de avaricia y envidia, amalgamada por autos, relojes, lujos, poder, dinero, vírgenes y prostitutas... da como resultado la vida real. Individualismo. El autor disecciona el alma humana, que tampoco arroja datos positivos. Lo mío es mío, lo tuyo debería ser mío. El ciudadano que él recrea en sus relaciones cotidianas ya hace mucho tiempo que perdió los valores de comunidad y dejó de confiar en los demás. Yuanes, moutai y mensajes de WeChat para hombres y mujeres solitarios en las ciudades más pobladas del mundo.

Liu Zhenyun, novelista y dramadurgo de China, nació el mayo de 1958 en el distrito de Yanjin de la ciudad de Xinxiang de la provincia Henan, en el centro de China. Se graduó en la facultad de lengua china de la Universidad de Beijing. Después de la graduación, se convirtió en periodista para el Diario de los Campesinos. En la década de 1980, Liu comenzó a concentrarse seriamente en su carrera literaria, publicando su novela debut, Tapu, en 1987. En Siglo XXI Editores ha publicado La era de los embusteros (2020), Yo no soy una mujerzuela (2019), El pequeño gran salto de Liu (2018) y La palabra que vale por diez mil (2018).
Details
Weitere ISBN/GTIN9786070310614
ProduktartE-Book
EinbandartE-Book
FormatEPUB
Format HinweisDRM Adobe
FormatE101
Erscheinungsjahr2020
Erscheinungsdatum07.04.2020
Auflage1
Seiten280 Seiten
SpracheSpanisch
Dateigrösse1559 Kbytes
Artikel-Nr.13556643
Rubriken
Genre9201

Inhalt/Kritik

Leseprobe


1

Li Anbang y Zhu Yuchen eran amigos desde hacía veinticinco años. En aquel entonces Li Anbang era secretario del partido de un condado, mientras que Zhu Yuchen lo era del condado vecino. Durante las reuniones del partido, que, por lo general, se llevaban a cabo en la capital provincial, todos los secretarios cenaban juntos, y en esos encuentros Zhu Yuchen solía bromear con Li Anbang.

Este último venía del campo, había estudiado en la universidad y poco a poco escaló posiciones hasta su puesto actual. En una ocasión, Zhu Yuchen le señaló la comida a Li Anbang:

-Siendo un niño de campo, ¿cómo te pudiste haber alimentado? Es tiempo de aprovechar, hombre, ¡come más! -El socarrón de Yuchen no se detuvo ahí-: Yo, en cambio, siendo hijo de un cuadro,7 comí lo que quise y en donde quise de niño.

-Sí, seré campesino⦠-Li Anbang primero torció los labios, pero decidió no dejarse intimidar-, pero en la escuela secundaria tuve una novia cuyo padre era cuadro en la ciudad, así que tal vez de otras cosas no probé, pero comí de todo lo que hay en la mesa. -Y todos los secretarios se rieron.

El condado de Zhu Yuchen producía toronjas. En el festival de medio otoño, éste solía enviarle varios camiones de este fruto a Li Anbang, quien repartía la mitad entre los cuadros del condado y mandaba la otra mitad a la residencia de ancianos. Por su parte, el condado de Li Anbang cosechaba un apio tan frondoso que partía el suelo al caer. Cada temporada, en reciprocidad, le mandaba a su amigo varias trocas de apio.

Pero la frontera entre ambos condados no era tan amigable como su relación, pues al no estar bien delimitada, constantemente se producían conflictos. En una ocasión incluso hubo dos muertos y el incidente llegó hasta los funcionarios de la provincia. Cuando Li Anbang y Zhu Yuchen asumieron sus cargos, junto con varios representantes del pueblo, llegaron a la frontera y, obviando la burocracia, pintaron una raya recta, compensaron a los perdedores y condenaron a varios rebeldes irreverentes. Durante el festival de primavera mandaron a los dos condados cerdos y ovejas, y en menos de dos años las disputas cesaron. Antes, el rencor entre los pueblos colindantes era tal que la gente evitaba comprometerse con alguien del otro lado de la raya, pero una vez perdonadas las afrentas del pasado, las bodas mixtas proliferaron.

¿Qué tan cercanos llegaron a ser los condados? Las autoridades de la provincia decidieron construir una carretera nacional que pasaba por el condado de Li Anbang. Tentado por un negocio tan sustancioso, para ganar la licitación de la construcción, alguien le regaló dos bolsas llenas de dinero. Pero ¿qué hacer con tanto? Ante la difícil decisión, un día, a las dos de la madrugada, Li Anbang se subió al coche y fue a la oficina de su amigo, donde negociaron hasta el amanecer. Zhu Yuchen tenía problemas de faldas: siempre que trabajaba en algún sitio se liaba con varias mujeres. En su segundo año en aquel puesto infló la panza de una niña pequeña que trabajaba en la oficina del partido. Zhu Yuchen le pidió ayuda a Li Anbang, quien se ocupó personalmente de llevar a la niña a su condado, organizar en secreto el aborto en el hospital del pueblo, mandarla a un centro de recuperación en otro pueblo alejado y, una vez repuesta por completo, enviarla de regreso al condado de Zhu Yuchen. Después de cuatro años en el puesto de secretario del partido de sus respectivos condados, ambos fueron promovidos al cargo de vicealcaldes de la ciudad principal de aquella región. Cuando dejaron sus puestos para irse a su nuevo destino, las masas de ambos condados rodearon sus carros, les lloraron, los jalonearon, los abrazaron y les gritaron:

-¡Jefe honesto, no te vayas! ¡No nos dejes!

En el pasado ya se habían producido escenas similares: a los buenos funcionarios que dejaban el cargo local los despedía su gente con ovaciones, pero nunca la de un condado ajeno. Ni en ese lugar, ni mucho menos en esa provincia, ni siquiera en toda China, jamás gente de dos condados había despedido a sus respectivos jefes con tanto entusiasmo y celebraciones. El periódico provincial difundió la historia y la gente los aplaudió por un tiempo. Una vez en el puesto de vicealcaldes, sus oficinas coincidieron en la segunda planta del edificio del gobierno, por lo que, con mayor razón, lo compartieron todo y se unieron más.

¿Cuándo se produjo el primer desacuerdo? Después de tres años en el puesto de vicealcaldes; un mes de mayo hubo un gran ajuste entre los cuadros de la provincia. Según lo planeado, el alcalde de la ciudad ascendería a secretario del partido de otra ciudad, el alcalde adjunto asumiría el cargo de alcalde y, de entre los dos vicealcaldes -Li Anbang y Zhu Yuchen, en este caso-, se nombraría al nuevo alcalde adjunto.

Una noche, el alcalde llamó a Li Anbang a su oficina y le dijo:

-En estos días alguien reportó que años atrás, cuando construían la carretera que pasa ahora por tu condado y eras secretario del partido, recibiste un soborno de dos millones de yuanes. ¿Es cierto?

Al escuchar tales palabras, la cabeza de Li Anbang, ¡bang!, explotó. No sólo porque la cifra era incorrecta, sino porque la única persona que sabía de todo aquello era Zhu Yuchen. Así que, en la carrera para alcalde adjunto, ¿quién más que él podía delatarlo? Además, después de aceptar un soborno de dos millones de yuanes, ¿qué más da el puesto de alcalde adjunto? ¡Ese delito te lleva a la cárcel! Juntos trabajaron siete, ocho años⦠Eran tan buenos amigos, ¡cómo iba a sospechar Li Anbang que el corazón de Zhu Yuchen era tan venenoso! Por supuesto, negó todo el asunto y, por si fuera poco, con gran precisión, delató los múltiples casos de hostigamiento hacia las mujeres que llevaba a cabo Zhu Yuchen:

-En cuanto a los dos millones de yuanes, ¡mi acusador debe ofrecer pruebas! De lo contrario, es una calumnia -sentenció Li Anbang-. Si el que habla de mí no tiene pruebas, yo sí: puedo mostrar el certificado de aborto -añadió muy seguro sin imaginar que el alcalde se iba a molestar.

-¡No puedo creer que ambos se muerdan la cola! Si los dos vicealcaldes de la ciudad tienen cola que les pisen, no sólo ustedes no serán promovidos, también mi promoción corre riesgos. ¿Acaso creen que yo no tengo ninguna responsabilidad en esto? De la pelea entre ustedes dos el único beneficiado será el alcalde de otra ciudad. -Ahora estaba furioso-. El propósito de esta reunión era ponerte sobre aviso, prepararte para la postulación a alcalde adjunto, advertirte de que no creyeras todo lo que te dijeran por ahí, y tú me respondes con esto. Buscaré a Zhu Yuchen para pedirle olvidar las distracciones y que ambos dejen de buscarle tres pies al gato. -Para concluir el sermón, sentenció-: Yo mismo intentaré calmar las aguas dentro del partido.

Y, efectivamente, con la intervención del alcalde, la tormenta se calmó, el alcalde ascendió, Li Anbang fue promovido al puesto de alcalde adjunto en esa misma ciudad y Zhu Yuchen se convirtió en alcalde adjunto en otra. ¡Vaya, sí que es eficaz el partido!

Sin embargo, pese al exitoso final para los dos colegas, a raíz de aquella situación nació entre ellos un gran resentimiento.

Por más de dieciocho años, la carrera política de Li Anbang avanzó viento en popa. Sirvió dos años como alcalde adjunto y ascendió a alcalde plenipotenciario. Después de tres años fue promovido a secretario del partido. Cuando el viento sopla a tu favor y la suerte te acompaña, sólo te toca subirte al barco. Cinco años más tarde, por pura casualidad, en el periodo de elecciones generales del vicegobernador adjunto de la provincia, Li Anbang se convirtió en candidato. Aunque había un truco: si bien era cierto que fue postulado como candidato a vicegobernador, los del partido le aclararon que su elección era únicamente para que figurase, porque, en realidad, ya tenían a su candidato favorito, por lo que le prohibieron hacer proselitismo alguno o buscar votos a su favor. Li Anbang obedeció las órdenes y no promovió su candidatura, pero el cielo tiene sus propios designios y, un día antes de la votación, alguien reportó en Pekín que tenía pruebas de que el candidato favorito del partido vendió puestos gubernamentales y recibió sobornos por más de veinte millones de yuanes durante su periodo como secretario del partido de su condado natal. Ante las contundentes pruebas que se presumían, el Comité Central del partido se tomó el asunto muy en serio y regañaron severamente a los funcionarios provinciales:

-¿Cómo pueden avalar a una sabandija de tal calaña para el cargo de vicegobernador adjunto?

La reunión de la Asamblea Popular provincial no pudo posponerse, por lo que, en las elecciones del día siguiente, el candidato al que le habían prometido el puesto perdió el derecho a ser votado y Li Anbang se convirtió en vicegobernador adjunto, cargo que ocupó durante cinco años, para posteriormente ser promovido a vicegobernador de la provincia. Ese puesto tenía demasiados deberes, pero el mismo peso respecto al poder; una palabra de Li Anbang era suficiente para mover montañas.

Por el contrario, la carrera política de Zhu Yuchen se topó con muchos obstáculos. Pasó siete años en el puesto de vicealcalde, luego fue alcalde por cinco años y secretario del partido cinco más. Su siguiente peldaño fue director adjunto de la Asamblea Popular provincial, es decir, había llegado a las grandes ligas con un puesto muy rimbombante, pero en realidad se trataba de un cargo decorativo que carecía de poder. Desde esta perspectiva, hasta un secretario del partido de una ciudad minúscula tenía más...
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Autor

Liu Zhenyun, novelista y dramadurgo de China, nació el mayo de 1958 en el distrito de Yanjin de la ciudad de Xinxiang de la provincia Henan, en el centro de China. Se graduó en la facultad de lengua china de la Universidad de Beijing. Después de la graduación, se convirtió en periodista para el Diario de los Campesinos. En la década de 1980, Liu comenzó a concentrarse seriamente en su carrera literaria, publicando su novela debut, Tapu, en 1987.En Siglo XXI Editores ha publicado La era de los embusteros (2020), Yo no soy una mujerzuela (2019), El pequeño gran salto de Liu (2018) y La palabra que vale por diez mil (2018).