Hugendubel.info - Die B2B Online-Buchhandlung 

Merkliste
Die Merkliste ist leer.
Bitte warten - die Druckansicht der Seite wird vorbereitet.
Der Druckdialog öffnet sich, sobald die Seite vollständig geladen wurde.
Sollte die Druckvorschau unvollständig sein, bitte schliessen und "Erneut drucken" wählen.

The Chosen - Te he llamado por tu nombre (revisada y ampliada)

E-BookEPUBePub WasserzeichenE-Book
336 Seiten
Spanisch
BroadStreet Publishing Group, LLCerschienen am06.02.2024
Basada en la aclamada serie de videos 'The Chosen', la historia más asombrosa jamás contada, la vida de Jesús, llega con una narrativa fresca y nueva del autor de éxito de ventas del New York Times, Jerry B. Jenkins.  ¿Cómo habría sido encontrarse con Jesús cara a cara? ¿Cómo te hubiera hecho sentir, o cambiado tu manera de pensar acerca de Dios? ¿Habría puesto tu mundo al revés? Viaja a Galilea en el primer siglo. Sé testigo de la diferencia que Él marcó en la vida de aquellos a quienes llamó a seguirlo, y cómo fueron transformados para siempre. Experimenta la vida y el poder del unigénito Hijo de Dios como nunca antes, a través de los ojos de personas comunes como tú y yo.

JERRY B. JENKINS ha escrito casi 200 libros, incluidos 21 éxitos de ventas del New York Times con ventas totales de más de 71 millones de ejemplares. Es conocido por la ficción bíblica, la ficción del fin de los tiempos (la serie Dejados atrás) y muchos otros géneros. También ayudó a Billy Graham con sus memorias, y ha escrito numerosas biografías de deportistas. Vive con su esposa, Dianna, en Colorado Springs, Colorado. Tienen tres hijos adultos, uno de los cuales, Dallas, es el creador, coautor y director de la serie de televisión The Chosen.
mehr
Verfügbare Formate
TaschenbuchKartoniert, Paperback
EUR20,00
E-BookEPUBePub WasserzeichenE-Book
EUR9,07

Produkt

KlappentextBasada en la aclamada serie de videos 'The Chosen', la historia más asombrosa jamás contada, la vida de Jesús, llega con una narrativa fresca y nueva del autor de éxito de ventas del New York Times, Jerry B. Jenkins.  ¿Cómo habría sido encontrarse con Jesús cara a cara? ¿Cómo te hubiera hecho sentir, o cambiado tu manera de pensar acerca de Dios? ¿Habría puesto tu mundo al revés? Viaja a Galilea en el primer siglo. Sé testigo de la diferencia que Él marcó en la vida de aquellos a quienes llamó a seguirlo, y cómo fueron transformados para siempre. Experimenta la vida y el poder del unigénito Hijo de Dios como nunca antes, a través de los ojos de personas comunes como tú y yo.

JERRY B. JENKINS ha escrito casi 200 libros, incluidos 21 éxitos de ventas del New York Times con ventas totales de más de 71 millones de ejemplares. Es conocido por la ficción bíblica, la ficción del fin de los tiempos (la serie Dejados atrás) y muchos otros géneros. También ayudó a Billy Graham con sus memorias, y ha escrito numerosas biografías de deportistas. Vive con su esposa, Dianna, en Colorado Springs, Colorado. Tienen tres hijos adultos, uno de los cuales, Dallas, es el creador, coautor y director de la serie de televisión The Chosen.
Details
Weitere ISBN/GTIN9781424568130
ProduktartE-Book
EinbandartE-Book
FormatEPUB
Format HinweisePub Wasserzeichen
FormatE101
Erscheinungsjahr2024
Erscheinungsdatum06.02.2024
Seiten336 Seiten
SpracheSpanisch
Dateigrösse1532 Kbytes
Artikel-Nr.15525615
Rubriken
Genre9201

Inhalt/Kritik

Leseprobe

Capítulo 2
UNA SEÑAL

En el tramo final de la caminata de más de cien millas desde Nazaret a Belén, José se da cuenta de que su esperanza de que este arduo viaje fuera una especie de respiro de su trabajo, era una fantasía. ¡Cómo le encantaría volver a trabajar ahora mismo, sudando bajo el sol, porque él y sus compañeros estaban construyendo algo, algo que duraría! Pero ahora huele a otro tipo de sudor mientras guía lentamente a su burro fuerte, pero de aspecto andrajoso, con su prometida embarazada delicadamente equilibrada sobre su lomo. No puede evitar creer que este registro e impuestos obligatorios han llegado en el peor momento posible.

María puede dar a luz en cualquier momento, y él ora en silencio para que no sea este preciso día. ¿Qué hará él? ¿Qué podrá hacer en medio del desierto en este camino polvoriento? Claro, pasan extraños en ambas direcciones, pero ¿quién se detendrá para ayudar a una pareja cuya vestimenta deja claro que son nazarenos? Es más probable que los escupan a que los ayuden en el momento de mayor necesidad. Afortunadamente, la última persona que los bendijo con un sorbo de su propia agua fue un pastor, casi tan marginado como ellos.

José está desesperado por llegar a Belén, tanto por encontrar un pozo como por encontrar un lugar para que María descanse. Ella apenas se queja, pero él sabe que debe sentirse miserable.

Debe confesar que hay un poco de alivio por todo lo que ya han soportado. Su prometida es la mujer más piadosa que jamás haya conocido, incluso habiendo aprendido a leer en privado para poder estudiar la Torá, aunque solo se permiten hombres en la escuela hebrea. Entonces, cuando su embarazo comenzó a mostrarse, mucho antes de que se programara su boda, él quedó tan sorprendido y decepcionado, sí, de ella, como cualquiera en Nazaret. Conociéndola como la conocía, de ninguna manera podía encontrarle sentido. Y aunque muchos, naturalmente, lo culparon por su situación, él se negó a proteger su propia reputación rompiendo el contrato matrimonial, como habría hecho justificadamente cualquier prometido ofendido.

Pero entonces llegó el mensajero del cielo, que se le apareció en un sueño y le aseguró que el bebé que cargaba María en su vientre era el hijo de Dios. Lleno de asombro y aun encontrándole difícil de creer, intercambió historias con María, solo para descubrir que sus mensajeros celestiales los habían instado a ambos a no temer. Estuvieron de acuerdo en que una cosa era decirlo, y otra muy distinta practicarlo.

En este momento, José tiene miedo. Le asegura a María que buscará a Samuel, un pariente lejano, tan pronto como lleguen a Belén. Tiene que confesar que ha pasado mucho tiempo desde que lo vio.

-No sé si vive en la misma casa.

-Eso espero -dice María-. Has hablado mucho sobre él. José suspira.

-Veremos. Por supuesto, no tendremos tiempo para buscarlo si se muda.

-Ya veremos -añade ella, tocando el saco de agua como si esperara que algo, cualquier cosa, apareciera en él.

-¿No hay ni siquiera una gota? -pregunta José.

Ella niega con la cabeza.

Él suspira mientras el burro se detiene. José chasquea la lengua y empuja a la bestia.

-Eh, ¿José?

-Sí.

-¿Puedes parar por favor? Me gustaría caminar un poco.

-¡No, María! ¿Por qué querrías caminar?

Él se preocupa por ella y el bebé, por supuesto, pero principalmente quiere llegar a Belén, por su propio bien y el de ella. María es fuerte, él lo sabe. Ella fue sola a visitar a su prima Elisabet, caminando unas cien millas cuesta arriba en dirección opuesta desde Nazaret, ¡mientras estaba embarazada de tres meses y medio! Atravesó una ruta conocida por bandidos y otros peligros, luego permaneció con Elisabet durante tres meses, y regresó sola después de seis meses de embarazo.

Eso la salvó temporalmente del escándalo en su ciudad natal, escándalo del que José no se libró. Sus compañeros de trabajo se burlaban y abucheaban, y algunos, dolorosamente, simplemente lo miraban en silencio con evidente disgusto, pues lo consideraban un judío devoto. Todo lo que pudo hacer fue confiar en la promesa de Dios.

Pero este viaje es diferente. María parece que no puede reprimir sus gritos de incomodidad y dolor, por lo que José oscila entre apresurarse y parar. Debe encontrar un refugio, pero también debe tener mucho cuidado con su amada y su hijo. Espera disuadirla de desmontar el burro.

-Es peligroso.

-Me estoy sintiendo un poco incómoda...

¿Cómo es capaz de sonar tan dulce, tan preciosa, a pesar de su dolor?

-Elisabet de hecho me dijo que es bueno caminar y moverme cuando tuviera ganas.

José suspira de nuevo, mirando a lo lejos y luego detrás de ellos.

-No tendremos agua hasta que te lleve a la ciudad. Necesitas descansar.

Detiene al burro.

-Déjame ponerte más cómodo, ¿eh?

Él se coloca el bastón bajo el brazo y trata de enderezar la manta debajo de ella.

-José -dice ella- no es necesario que seas el único que camina. Además, estamos lo suficientemente lejos de Nazaret como para que ya no tenga que ocultar mi condición.

-¡María, esta manta está atascada! No hay manera de que te sientas cómoda.

-José. Me gustaría caminar contigo. Por favor.

¿Qué debe hacer? En el fondo, él quiere hacer lo que ella quiera. Pero siente la carga que conlleva.

-Soy responsable de ti, María. Por ti y... -Pone la mano suavemente sobre su vientre-. Tú nos proteges...

-¡Sí!

-Dejaré que me ayudes a bajarte.

Esto le parece divertido, y la aconseja apuntándole con el dedo.

-Está bien, puedes caminar unos minutos, ¿eh? ¡Pero, por favor, no demasiado lejos!

Vuelve a la cabeza del burro para incitarlo a avanzar.

-Necesitas guardar tus fuerzas.

-De hecho, necesito que me ayudes a bajar -dice María.

-Ah, sí, lo siento.

Él regresa y la sostiene mientras ella se baja del burro.

-Lentamente, lentamente. Cuidado con el bebé.

Ella gime mientras él la baja al suelo.

-¿Estás bien?

-Sí, sí. Oh, esto me hace sentir mejor.

-Ajá -asiente no tan seguro de haberlo permitido, pero agradecido de que ella parezca disfrutarlo.

-Gracias -él no sabe cómo responder-. Gracias por protegerme -añade-. No sé si he dicho eso todavía.

¿Cómo puede decir eso? Ella le ha estado agradeciendo durante días desde que salieron.

-Aún nos queda un corto camino por recorrer. Veamos cómo nos va en la noche y...

-No estoy hablando de eso. Me refiero a... antes.

-Oh. Este...

-He querido decir algo durante todo este viaje. Y yo simplemente... no lo hice, y debería haberlo hecho.

Una vez más, José no sabe qué decir. Ella es mucho mejor en ese tipo de conversaciones.

-Mmm.

-Debería haberlo hecho hace meses.

-No es necesario -dice él, mirando al frente mientras caminan, pero ella a un paso detrás. ¿A dónde quiere ella llegar con esto? Estuvo a punto de encerrarla en privado, antes de que Dios lo visitara.

-Sí, sí, lo quiero hacer. Mi padre pudo haberte devuelto toda la dote de la novia.

¡La dote de la novia!

-Nunca se trató del dinero.

-Sé que no lo fue, y sé que no es de buena educación hablar de ello. Pero nadie te habría culpado.

-¿De qué?

-Por romper nuestro compromiso públicamente.

-María, yo...

-Podrías haberte comprometido con alguien a quien no tuvieras que ocultar. Así la gente no estaría chismeando de ti. Además, podrías registrarte sin tener que arrastrarme en este burro todo el día por cinco días.

Ahora sí que está totalmente perdido. Nunca se le ocurriría algo así, no después...

Él siente su mano en su brazo.

-¿José? -él se detiene y se vuelve hacia ella.

-Eres un hombre valiente y piadoso. Y debería haberte dado las gracias.

Él la mira fijamente. ¡Cómo ama a esta mujer! Señala al cielo con su bastón.

-Dios me dijo que lo hiciera.

-Sé que lo hizo. Pero tenías una opción.

¿Una opción? ¿Cuando Dios habla?

-¡Ah, ja! No creo que lo haya hecho. Pero me alegro de cualquier manera. No cambiaría nada de lo que ha sucedido desde ese sueño, ¿bien?

Ella le sonríe.

-Yo tampoco -siguen caminando de nuevo-. Oh, todo esto...
mehr