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El despertar de la belleza

E-BookEPUBDRM AdobeE-Book
260 Seiten
Spanisch
Siruelaerschienen am02.07.20141. Auflage
Una fascinante antología de cuentos populares de los cinco continentes sobre el despertar de la femineidad. Desde hace veinticinco años, Marita de Sterck, prestigiosa antropóloga y autora de literatura para niños y jóvenes, recopila cuentos populares de todo el mundo en los que la condición femenina ocupa un lugar central. Lejos de tópicos y estereotipos complacientes, la autora nos muestra en esta antología cómo las distintas culturas han recogido en la tradición oral sus cosmovisiones sobre los cambios físicos, psíquicos y espirituales que experimentan las mujeres cuando abandonan la niñez. Con una prosa rica y despojada de prejuicios, en la que se trasluce el riguroso estudio que ha dedicado al tema, Marita de Sterck nos ofrece sus sesenta narraciones favoritas, un conjunto de historias deslumbrantes, desgarradoras algunas, y todas hermosas... Una joya antropológica y un auténtico descubrimiento literario.

Marita de Sterck (Amberes, 1955) estudió periodismo, antropología y lenguas. Da clase de Literatura y Antropología en la Escuela de Gante. Como escritora, sus novelas y libros juveniles ilustrados la han hecho merecedora de varios premios y del elogio general de la crítica y el público.
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Verfügbare Formate
TaschenbuchKartoniert, Paperback
EUR32,78
E-BookEPUBDRM AdobeE-Book
EUR9,99

Produkt

KlappentextUna fascinante antología de cuentos populares de los cinco continentes sobre el despertar de la femineidad. Desde hace veinticinco años, Marita de Sterck, prestigiosa antropóloga y autora de literatura para niños y jóvenes, recopila cuentos populares de todo el mundo en los que la condición femenina ocupa un lugar central. Lejos de tópicos y estereotipos complacientes, la autora nos muestra en esta antología cómo las distintas culturas han recogido en la tradición oral sus cosmovisiones sobre los cambios físicos, psíquicos y espirituales que experimentan las mujeres cuando abandonan la niñez. Con una prosa rica y despojada de prejuicios, en la que se trasluce el riguroso estudio que ha dedicado al tema, Marita de Sterck nos ofrece sus sesenta narraciones favoritas, un conjunto de historias deslumbrantes, desgarradoras algunas, y todas hermosas... Una joya antropológica y un auténtico descubrimiento literario.

Marita de Sterck (Amberes, 1955) estudió periodismo, antropología y lenguas. Da clase de Literatura y Antropología en la Escuela de Gante. Como escritora, sus novelas y libros juveniles ilustrados la han hecho merecedora de varios premios y del elogio general de la crítica y el público.
Details
Weitere ISBN/GTIN9788416120987
ProduktartE-Book
EinbandartE-Book
FormatEPUB
Format HinweisDRM Adobe
FormatE101
Verlag
Erscheinungsjahr2014
Erscheinungsdatum02.07.2014
Auflage1. Auflage
Reihen-Nr.21
Seiten260 Seiten
SpracheSpanisch
Dateigrösse1519 Kbytes
Artikel-Nr.3134987
Rubriken
Genre9201

Inhalt/Kritik

Leseprobe

Prólogo

Hace medio siglo escuchaba atónita los cuentos que circulaban en el pueblo de mi infancia: el hombre de hielo, aficionado a arrancar orejas y narices a mordiscos; Kludde, que por la noche se lanzaba al cuello de los distraídos transeúntes y se hacía más pesado a cada paso; y el renegrido diablo del cieno que arrastraba a las niñas demasiado curiosas hasta el fango del río.

A diario, mi padre me contaba historias sentado en su sillón de cuentacuentos, infundiéndome de por vida el amor a la palabra hablada. Quien como yo haya tenido esa fortuna, no olvidará jamás los olores y los colores de aquel rincón, el timbre inconfundible de la voz, los gestos y las miradas, los silencios deliberados para crear tensión y estimular la fantasía, la viveza de la lengua oral y los dichos populares. La forma en que el espacio entre la boca y el oído se colma de cuentos ancestrales siempre se me ha antojado pura magia.

Los relatos de mi padre me integraron en la cultura popular de la región del río Rupel, situada en Flandes. Al poco tiempo, me animé a contar a mi vez aquellas historias. Y cuando mi tío abuelo regresó a Bélgica tras permanecer un cuarto de siglo en China, dedicado a la obra misionera, no solo me cautivaron su mitra y los jarrones de porcelana, sino sobre todo los relatos que habían viajado con él entre los pliegues de su hábito de color púrpura. También en aquellas tierras lejanas, más allá de las altas montañas y las aguas profundas, el lobo, disfrazado de abuelita, intentaba comerse a las niñas. En mi cabeza me movía a saltos entre lo extraño y lo conocido, acariciando el deseo de recorrer el mundo en busca de relatos. La muchacha que mendigaba cuentos y los absorbía con avidez acabó convirtiéndose en una antropóloga que no desperdicia viaje alguno para recopilar historias, especialmente las que se cuentan durante o acerca de los rituales de crecimiento.
De niña grande a pequeña mujer

Cuando en agosto de 1995 pregunté a Dawn Horse, una chica navaja de catorce años, qué parte del rito de transición consideraba de mayor importancia, me contestó que los cuentos «le habían cambiado la carne» y que, gracias a ellos, ya no era una niña grande, sino una pequeña mujer. Sus palabras se erigieron en el lema del viaje alrededor del mundo que había emprendido con el fin de recopilar historias similares. Tras veinticinco años de búsqueda he reunido mis sesenta cuentos favoritos, todos ellos centrados en el paso de niña a mujer. Unas veces -las más- la temática salta a la vista, pero otras está presente en términos velados. Los relatos de esta antología poseen una gran fuerza literaria, debido al manifiesto poder del lenguaje, y sus narradores los transmiten con pasión y osadía. Causaron en mí una honda impresión, cayendo como un mazazo o, al contrario, rozándome como una tierna caricia. He elegido aquellos cuentos que deseo compartir, en mi calidad de mujer y de madre, con mi hija y mis hijos, con los hijos de los demás, y en realidad con mujeres y hombres de cualquier edad. Enérgicos y vigorosos, hacen aflorar emociones vitales que raras veces se verbalizan, al tiempo que muestran cómo las gentes del mundo damos interpretaciones diferentes a una misma temática y nos parecemos en las historias que contamos. Los relatos aquí reunidos alcanzan la esencia de la mujer y del ser humano en general, invitándonos a meternos en la piel del otro y a compartir sentimientos más allá de las fronteras. Hacen resonar dentro de nosotros a nuestros ancestros, revelándonos de una forma muy especial quiénes somos, y nos ponen en contacto con los antepasados y la identidad de los demás. A mi modo de ver, son capaces no solo de unir a hijas, madres y abuelas, sino de cautivar también a abuelos, padres e hijos.

A través de esta antología quiero compartir, además, el placer de contar y escuchar cuentos. He disfrutado enormemente de la diversidad de los relatos, así como de los diferentes momentos de la narración, espontáneos o provocados, en la intimidad o ante un gran público de todas las edades. Por otra parte, también he podido comprobar que se cuentan cada vez menos historias en todo el mundo y que muchos relatos muy valiosos corren el riesgo de perderse para las próximas generaciones.

Los cuentos se clasifican por continentes y los continentes aparecen por orden alfabético: África, América, Asia, Europa y Oceanía. Los subtítulos recogen el grupo cultural y el país de origen. Para aquellos que no están vinculados a ningún grupo cultural en particular solo figura la indicación geográfica. Al final de la obra, expongo mi forma de trabajar, explico a qué géneros pertenecen los relatos seleccionados, paso a contextualizar cada uno de los cuentos agrupados por continentes, comento de qué modo han llegado a mis oídos y describo las fuentes.
Niñas malas las hay en todas partes

La mayoría de los cuentos recogidos en la versión original de esta antología no se habían publicado nunca antes en traducción neerlandesa. Y no cabe duda de que todos ellos aparecen por primera vez en esta combinación tan singular, entrelazados con un tejido femenino sumamente personal. Además, estos sesenta relatos se comunican entre sí y nos invitan a sumergirnos en un apasionante juego de exploración y reconocimiento. ¿Cómo devoran los monstruos acuáticos a las niñas desobedientes en los trópicos? ¿En qué se diferencian y se parecen las Cenicientas, las Blancanieves, las Caperucitas, las Bellas Durmientes, las Pieles de Asno y las bestias propias y extrañas? ¿Qué sucede aquí y allá con las niñas rebeldes, soberbias, tozudas, perezosas o demasiado exigentes? ¿Acaban invariablemente en la cama con una serpiente gigante, un tapir, un cerdo o la luna? Las niñas malas protagonizan buena parte de los relatos admonitorios. El cuento de la «niña desobediente» constituye un género aparte en la literatura de transmisión oral de todo el mundo y ha dado lugar a numerosas variaciones sobre el mismo tema: la joven abandona el pueblo, desatendiendo todos los consejos, y se adentra en el bosque oscuro, donde se topa con un ser indómito, grande, fuerte, lascivo, viril, preparado para asaltarla y devorarla. Del mismo modo, la muchacha demasiado exigente, «la niña difícil», que no admite a ningún hombre por marido, suele terminar emparejada con un ser animalesco. Estos cuentos con moraleja instan a la obediencia y al acatamiento del sistema establecido, pero a la vez son emocionantes, atrevidos y soeces, subversivos y díscolos. Demuestran que las niñas buenas llegan al cielo, y que las niñas malas llegan a todas partes.

En un origen, los cuentos populares que se contaban en Europa Occidental también eran bastante atrevidos. Sin embargo, el advenimiento de tiempos más pudorosos puso coto al erotismo y a la agresividad, especialmente en las versiones para niños, que acabaron perdiendo todo su sabor. En el cuento de Caperucita Roja que recojo en este volumen he conservado intencionadamente el tono picante de las antiguas fuentes francesas, donde se describe lo que hace el lobo con la abuela y la nieta y lo que hace la nieta con la abuela. En esta misma línea, la narración en la que el príncipe da un beso a la Bella Durmiente -que no se despierta- tiene otro desenlace muy distinto al de Walt Disney.
Elige bien a tu novio

«He sido una mujer bonita y he tenido una vida bonita porque me han contado cuentos bonitos», me contó Sebasa, ya entrada en años, allá por septiembre de 2006, en Tzaneen, Sudáfrica. «Los cuentos anunciaban lo diferente que iba a ser todo después de mi primera luna. A partir de ese momento, yo miraría con otros ojos a los chicos y los chicos me mirarían a mí con otros ojos. ¿Quién se encarga ahora de contar cuentos a los jóvenes en los que se les explique cómo vivir?»

Bastantes de los relatos reunidos en esta antología pretenden instruir a la siguiente generación sobre el amor, el erotismo y la elección de la pareja. Advierten de lo que puede ocurrir si una joven se arriesga a relacionarse con un desconocido. En ese caso se corre el peligro de que el amado rebase los límites de lo humano y resulte ser un animal transformado, por ejemplo un delfín, un tapir o una anaconda. En todo el mundo se cuentan historias en las que los animales seducen a las jóvenes y actúan como prometidos o esposos. Este escenario no necesariamente termina mal para las jóvenes y sus amantes. Lo peor es cuando eligen a una pareja demasiado cercana, ya que entonces les aguarda invariablemente una suerte terrible. Las consecuencias nefastas del incesto suelen ser objeto de unos relatos despiadados. Al escucharlos, los integrantes del grupo cultural de turno tienden a tomar partido por la víctima de forma unánime y a voz en grito. El fin de estos cuentos consiste en fortalecer la resistencia de los jóvenes, fijando aquellos límites que no pueden transgredir bajo ningún concepto. Al mismo tiempo, van dirigidos a la generación adulta: incitan al padre y a la madre a cumplir con su papel y a guardar las distancias con respecto a su hijo o hija, que deben salir a buscar el amor carnal fuera de la familia. Se repite una y otra vez el mismo mensaje: amar también es saber desprenderse. Los jóvenes no son los únicos que crecen; sus padres y sus abuelos crecen con ellos.
Cuentos universales de máxima actualidad...

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Autor

Marita de Sterck (Amberes, 1955) estudió periodismo, antropología y lenguas. Da clase de Literatura y Antropología en la Escuela de Gante. Como escritora, sus novelas y libros juveniles ilustrados la han hecho merecedora de varios premios y del elogio general de la crítica y el público.
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De Sterck, Marita