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E-BookEPUB0 - No protectionE-Book
140 Seiten
Spanisch
HERDER EDITORIALerschienen am19.10.2021
¿Qué consecuencias tiene el uso de las nuevas tecnologías y de las redes sociales en la vida íntima de las personas? Las nuevas herramientas digitales han facilitado el uso del cibersexo, práctica en la que cada vez más personas se sienten atraídas. Sin embargo, la pornografía online o los chats de encuentros virtuales pocas veces hacen nacer relaciones verdaderamente satisfactorias, tanto desde el punto de vista sexual como afectivo-emocional. En efecto, una mala práctica de este tipo de recursos puede acabar condicionando o amenazando la sexualidad y/o la vida de la pareja. Los autores de este libro examinan en detalle todos los aspectos de este fenómeno presentando una serie de casos concretos de vida sexual disfuncional. Gracias a la terapia breve estratégica, es posible desactivar los mecanismos corporales o mentales causantes de ansia, sentimientos de inadaptación e incluso miedo, que inhiben el placer y dificultan su plena expresión. De esta manera, estas páginas demuestran cómo la aplicación de la terapia breve puede devolver a aquellos que lo necesitan no solo la seguridad que habían perdido o que jamás habían tenido, sino también la plenitud para una sexualidad feliz.

Giorgio Nardone es fundador junto con Paul Watzlawick del Centro de Terapia Estratégica, director de la Escuela de Especialización en Psicoterapia Breve Estratégica de Arezzo y de la Escuela de Comunicación y Problema Solving Estratégico. Es una autoridad indiscutida de la psicoterapia y del problem solving y el máximo exponente de los investigadores que impulsaron la evolución de la Escuela de Palo Alto. Asimismo, es autor de numerosos trabajos que se han convertido en una referencia teórica y práctica para estudiosos, psicoterapeutas y managers de todo el mundo. Elisa Balbi es psicoterapeuta e investigadora asociada del Centro de Terapia Estratégica de Arezzo, donde realiza consultoría clínica, educativa y corporativa. Es también docente en la Escuela de Especialización en Psicoterapia Estratégica Breve en Arezzo. Elena Boggiani es psicóloga y psicoterapeuta, especializada en Psicoterapia Breve Estratégica en el Centro de Terapia Estratégica de Arezzo donde ejerce la investigación. Es también docente en la Escuela de Especialización en Psicoterapia Estratégica Breve en Arezzo, y responsable como psicoterapeuta oficial del Centro de Terapia Estratégica del estudio Novara. Vive en Lugano (Suiza) donde practica el coaching estratégico.
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Verfügbare Formate
TaschenbuchKartoniert, Paperback
EUR21,00
E-BookEPUB0 - No protectionE-Book
EUR8,99

Produkt

Klappentext¿Qué consecuencias tiene el uso de las nuevas tecnologías y de las redes sociales en la vida íntima de las personas? Las nuevas herramientas digitales han facilitado el uso del cibersexo, práctica en la que cada vez más personas se sienten atraídas. Sin embargo, la pornografía online o los chats de encuentros virtuales pocas veces hacen nacer relaciones verdaderamente satisfactorias, tanto desde el punto de vista sexual como afectivo-emocional. En efecto, una mala práctica de este tipo de recursos puede acabar condicionando o amenazando la sexualidad y/o la vida de la pareja. Los autores de este libro examinan en detalle todos los aspectos de este fenómeno presentando una serie de casos concretos de vida sexual disfuncional. Gracias a la terapia breve estratégica, es posible desactivar los mecanismos corporales o mentales causantes de ansia, sentimientos de inadaptación e incluso miedo, que inhiben el placer y dificultan su plena expresión. De esta manera, estas páginas demuestran cómo la aplicación de la terapia breve puede devolver a aquellos que lo necesitan no solo la seguridad que habían perdido o que jamás habían tenido, sino también la plenitud para una sexualidad feliz.

Giorgio Nardone es fundador junto con Paul Watzlawick del Centro de Terapia Estratégica, director de la Escuela de Especialización en Psicoterapia Breve Estratégica de Arezzo y de la Escuela de Comunicación y Problema Solving Estratégico. Es una autoridad indiscutida de la psicoterapia y del problem solving y el máximo exponente de los investigadores que impulsaron la evolución de la Escuela de Palo Alto. Asimismo, es autor de numerosos trabajos que se han convertido en una referencia teórica y práctica para estudiosos, psicoterapeutas y managers de todo el mundo. Elisa Balbi es psicoterapeuta e investigadora asociada del Centro de Terapia Estratégica de Arezzo, donde realiza consultoría clínica, educativa y corporativa. Es también docente en la Escuela de Especialización en Psicoterapia Estratégica Breve en Arezzo. Elena Boggiani es psicóloga y psicoterapeuta, especializada en Psicoterapia Breve Estratégica en el Centro de Terapia Estratégica de Arezzo donde ejerce la investigación. Es también docente en la Escuela de Especialización en Psicoterapia Estratégica Breve en Arezzo, y responsable como psicoterapeuta oficial del Centro de Terapia Estratégica del estudio Novara. Vive en Lugano (Suiza) donde practica el coaching estratégico.
Details
Weitere ISBN/GTIN9788425445743
ProduktartE-Book
EinbandartE-Book
FormatEPUB
Format Hinweis0 - No protection
FormatE101
Erscheinungsjahr2021
Erscheinungsdatum19.10.2021
Seiten140 Seiten
SpracheSpanisch
Dateigrösse1760 Kbytes
Artikel-Nr.13504631
Rubriken
Genre9201

Inhalt/Kritik

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1. Tiempos modernos

Según los datos de la Asociación de Matrimonialistas Italianos, el 30% de las parejas italianas no mantiene relaciones sexuales, no porque algo vaya mal, porque estén viviendo una crisis o porque existan problemas en la relación, sino porque, en realidad, este es el «secreto» de que su historia funcione. Sea como fuere, el caso es que el 20% de estas parejas acaba pidiendo la separación.

Dicho de otra manera, da la impresión de que en una sociedad cada vez más frenética y volcada en lograr una mayor eficacia y eficiencia tanto en el trabajo como en el resto de desempeños, la tendencia a concentrarse en objetivos personales e individuales está aumentando en detrimento de los objetivos colectivos y de pareja, tanto en hombres como en mujeres. Así pues, parece que la pareja ha cambiado. El hombre se muestra más amable y atento a las exigencias de su compañera y de sus hijos y prefiere el afecto a la virilidad. Como expresión del sentimiento y la complicidad, este viraje hacia la ternura y la presencia compartida puede ser un válido sustituto de una actividad sexual regular; sin embargo, cuando se prolonga demasiado en el tiempo puede llegar a transformar la relación. Así, los amantes se convierten en amigos y, cuando esto se produce, es difícil que tal transformación resulte reversible, lo que redunda en el considerable aumento de los denominados «matrimonios blancos», tanto en Italia como en el resto del mundo. Estos matrimonios no reflejan necesariamente una patología o un trastorno psicológico o de pareja. Sin embargo, para que todo vuelva a funcionar -antes de que sea demasiado tarde- es preciso recuperar el deseo a nivel fisiológico y de manera natural, siempre que el aparente desinterés sea transitorio y tenga su causa en otros problemas entre los cuales el sexo constituye la última de las preocupaciones; si, en cambio, el problema es estructural, será necesario recurrir a una terapia.

Aún más desconcertantes son los datos relativos a la frecuencia media de las relaciones sexuales en las parejas -una y media al mes-, junto con un aumento del autoerotismo, que en el caso de los hombres se ha triplicado respecto del pasado y que en el caso de las mujeres es incluso cinco veces mayor. Estos datos resultan más desestabilizadores si cabe si se contextualizan en una realidad como la actual, en la que el sexo se vive con muchos menos tabúes que en la época de nuestros abuelos, quienes a menudo solo copulaban para procrear y casi siempre lo hacían con la luz apagada. En efecto, es paradójico (Nardone y Rampin, 2005, 2015) que a una mayor libertad de expresión de la orientación y de la voluntad sexual le corresponda la exasperada posibilidad de negarse al sexo. Esto lleva a la asexualidad. La sinceridad a toda costa como símbolo de amor reduce el impulso libidinal, pues con ella disminuye la ambivalencia del secreto que las partes deben descubrir. Desde la liberación sexual se habla mucho de sexo pero se practica menos. A esto se añade el hecho de que cada vez resulta más frecuente el uso de las «aplicaciones para ligar», tanto entre adultos como entre adolescentes, mientras que, al mismo tiempo, las personas tienen más dificultades para abordar directamente a miembros de su propio sexo o del otro. Incluso la aceptación de las relaciones sexuales fuera del matrimonio suele representar una manera de poder permanecer en una pareja que no funciona, de manera que el amante se convierte en la parte complementaria a la que corresponde sostener una relación que saltaría por los aires por sí misma, con las inevitables consecuencias económicas, residenciales y de sostén de los hijos, demasiado difíciles de mantener y que, por tanto, conviene evitar.

La situación de los veinteañeros no es mejor, pues corren el riesgo de sufrir la abstinencia casi cuatro veces más que sus coetáneos del pasado, a diferencia de lo que supone el imaginario colectivo. Es lo que señala Jean M. Twenge, profesor de psicología en la Universidad de San Diego y autor del ensayo iGen (2018), que trata sobre los jóvenes dependientes de las nuevas tecnologías.

Los jóvenes de 20 años, más que los de otras edades, sufren por su escasa salud sexual y sentimental hasta tal punto que, según Twenge, algunos escriben guías para que los novatos universitarios eviten «contraer» sentimientos por alguien, como si los sentimientos fueran un virus que hay que vencer o tratar de no «contraer». Igualmente, para disminuir el riesgo de sufrir, el temor a la intimidad o a mostrar lo que uno es y lo que en realidad siente, los encuentros sexuales entre adolescentes suelen producirse bajo los efectos de sustancias y abusando del alcohol (Orenstein, 2016).

Entre los jóvenes de la generación de los hiperconectados, los primeros estadios de la relación se denominan talking, incluso aunque los interesados no departan en persona, cara a cara, sino escribiéndose, a menudo por WhatsApp o por Instagram, de manera que el inicio de la relación, y a veces el final, suele tener lugar a través del medio tecnológico. De igual forma, la actividad sexual real suele sustituirse por la experiencia online: en el ordenador o en el móvil se mira a otros mientras hacen el amor, con el riesgo de generar unas expectativas irreales y el temor de no estar a la altura de la prestancia física y de la actuación de lo que se observa. A este comportamiento se asocia con frecuencia el autoerotismo, lo que incrementa aún más la posibilidad de desarrollar un trastorno obsesivo-compulsivo, el cual inhibe el deseo de tener relaciones sexuales reales o bien las impide de manera mecánica. Las jóvenes, por su parte, enseguida aprenden que un bonito «trasero» en pose puede hacerles ganar muchos más likes que la foto de sus caras, que suelen tapar con el móvil que utilizan para sacar la foto de sus cuerpos más o menos desnudos.

En cuanto al hecho de pasar de los primeros encuentros a una relación, a menudo se prefiere continuar sin comprometerse demasiado, incluso cuando se pasa del talking a la intimidad, contribuyendo de este modo a aumentar la práctica abierta del denominado cushioning, es decir, coquetear con otros para garantizar el recambio cuando la relación oficial deje de funcionar; del catch and release, es decir, dejar de inmediato a quien se acaba de conquistar; del lemming, esto es, abandonar a una persona en cuanto haya otra disponible, y, por último, del sexo ocasional como medio de gratificación inmediata pero sin mayores implicaciones.

Esta manera de interpretar las relaciones, caracterizada por cierta indiferencia, no disminuye los problemas relacionados con la posesión del objeto amoroso; lo mismo sucede con los que sofocan con sus atenciones a una joven que acaban de conocer (love bombing), alternando los cumplidos con los arranques de ira y haciéndole creer a la amada que es indispensable para su felicidad cuando, en realidad, se trata de un simple intento de controlarla, como ha manifestado el psiquiatra y profesor de la Universidad de California (Los Ángeles) Joe Pierre en la revista estadounidense Psychology Today.

El medio tecnológico también ayuda a un buen número de solteros -que lo son por decisión propia- de entre 30 y 45 años, a los que les cuesta encontrar a su alma gemela, no tanto porque huyan de la relación en sí, sino por la edad, por las experiencias pasadas o por ciertas complicaciones contingentes y logísticas tanto personales como laborales o relativas a la familia de origen. Las redes sociales posibilitan estar en contacto incluso aunque los horarios de trabajo u otro tipo de relaciones no lo permitan. No obstante, el tipo de comunicación y la falta de contacto real tienden a estimular la obsesión y la compulsión por el envío y la espera de las respuestas, por el cálculo del tiempo que requiere la visualización del mensaje y los minutos que transcurren entre la visualización de este y la respuesta. Además, esta última puede ir acompañada de emoticonos más o menos adecuados, puede ser demasiado larga, demasiado corta o elusiva: al final, más que el contenido del mensaje lo que cuenta es la interpretación personal que el receptor haga de él.

Cuando termina una historia también lo hace, en caso de que haya existido, la presencia real, si bien no ocurre lo mismo con el rastro que esta deja en la red, que le recuerda a la persona cuánto tiempo llevan sus «amigos» sin noticias de ella y que decide qué post quiere enseñar en función de sus intereses o de las características de sus amistades: muestra imágenes, estados de ánimo, un álbum de fotos del maravilloso año transcurrido o invita a visualizar historias relativas a alguien que solo se desea olvidar. Quizá esta persona desapareciese con un «clic», y puede que incluso lo hiciera de repente y sin avisar, como les sucede a quienes, al cabo de varios años o meses de relación, se esfuman sin dar explicaciones, sin volver a enviar un mensaje o sin llamar, porque no tienen ganas de enfrentarse a la ira o al sufrimiento de la pareja, y así es más sencillo, o porque no saben qué decir, ya que no existe ninguna explicación aceptable para el final de un amor. Se trata del ghosting (del inglés ghost, es decir, «fantasma») y de su reciente evolución, el zombieing, que describe el fenómeno en el que la persona que ha dado por terminada la relación desaparece como un fantasma, esto es, se volatiliza sin dar explicación alguna, y de repente vuelve a aparecer como si hubiera resucitado y envía un mensaje, pone un like o comenta las historias...

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Autor

Giorgio Nardone es fundador junto con Paul Watzlawick del Centro de Terapia Estratégica, director de la Escuela de Especialización en Psicoterapia Breve Estratégica de Arezzo y de la Escuela de Comunicación y Problema Solving Estratégico. Es una autoridad indiscutida de la psicoterapia y del problem solving y el máximo exponente de los investigadores que impulsaron la evolución de la Escuela de Palo Alto. Asimismo, es autor de numerosos trabajos que se han convertido en una referencia teórica y práctica para estudiosos, psicoterapeutas y managers de todo el mundo. Elisa Balbi es psicoterapeuta e investigadora asociada del Centro de Terapia Estratégica de Arezzo, donde realiza consultoría clínica, educativa y corporativa.Es también docente en la Escuela de Especialización en Psicoterapia Estratégica Breve en Arezzo. Elena Boggiani es psicóloga y psicoterapeuta, especializada en Psicoterapia Breve Estratégica en el Centro de Terapia Estratégica de Arezzo donde ejerce la investigación. Es también docente en la Escuela de Especialización en Psicoterapia Estratégica Breve en Arezzo, y responsable como psicoterapeuta oficial del Centro de Terapia Estratégica del estudio Novara. Vive en Lugano (Suiza) donde practica el coaching estratégico.