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La Universidad. Un espacio para el aprendizaje

E-BookEPUBDRM AdobeE-Book
352 Seiten
Spanisch
Narcea Edicioneserschienen am23.05.2023
La Universidad del siglo XXI es un lugar para aprender, para provocar el aprendizaje; aunque esto no implica que la universidad sea sólo o el único lugar donde se puede aprender. Pero, ¿de qué tipo de aprendizaje hablamos?, ¿qué significa aprender?, ¿cómo debe ser el aprendizaje?, ¿cómo se lleva a cabo? Aunque en este libro se abordan distintos temas y se presentan diferentes ejemplos, todos ellos están unidos por un único tema de fondo: la formación y el origen del conocimiento, y el significado y la naturaleza misma del aprendizaje. En torno al aprendizaje, el libro estudia cómo se percibe, cómo se experimenta, cómo se entiende y cómo se maneja. Los autores quieren ir más allá de la 'calidad' y de la 'competencia', argumentando que los métodos de enseñanza (lo que supone aprender), la evaluación (saber lo que se ha aprendido) y la gestión universitaria (la organización de aprendizaje), deben facilitar los resultados del aprendizaje, y llevarse a cabo dentro de un marco ético apropiado.

John BOWDEN es Profesor de Desarrollo de la Educación y Asesor Principal de Políticas Educativas de la Universidad RMIT (Australia). Ference MARTON es Profesor de Educación de la Universidad de Gothenburg y Profesor Honorario de la Universidad de Hong Kong.
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Verfügbare Formate
BuchKartoniert, Paperback
EUR37,06
E-BookEPUBDRM AdobeE-Book
EUR21,99

Produkt

KlappentextLa Universidad del siglo XXI es un lugar para aprender, para provocar el aprendizaje; aunque esto no implica que la universidad sea sólo o el único lugar donde se puede aprender. Pero, ¿de qué tipo de aprendizaje hablamos?, ¿qué significa aprender?, ¿cómo debe ser el aprendizaje?, ¿cómo se lleva a cabo? Aunque en este libro se abordan distintos temas y se presentan diferentes ejemplos, todos ellos están unidos por un único tema de fondo: la formación y el origen del conocimiento, y el significado y la naturaleza misma del aprendizaje. En torno al aprendizaje, el libro estudia cómo se percibe, cómo se experimenta, cómo se entiende y cómo se maneja. Los autores quieren ir más allá de la 'calidad' y de la 'competencia', argumentando que los métodos de enseñanza (lo que supone aprender), la evaluación (saber lo que se ha aprendido) y la gestión universitaria (la organización de aprendizaje), deben facilitar los resultados del aprendizaje, y llevarse a cabo dentro de un marco ético apropiado.

John BOWDEN es Profesor de Desarrollo de la Educación y Asesor Principal de Políticas Educativas de la Universidad RMIT (Australia). Ference MARTON es Profesor de Educación de la Universidad de Gothenburg y Profesor Honorario de la Universidad de Hong Kong.
Details
Weitere ISBN/GTIN9788427730878
ProduktartE-Book
EinbandartE-Book
FormatEPUB
Format HinweisDRM Adobe
FormatE101
Erscheinungsjahr2023
Erscheinungsdatum23.05.2023
Reihen-Nr.30
Seiten352 Seiten
SpracheSpanisch
Dateigrösse1773 Kbytes
Artikel-Nr.11773198
Rubriken
Genre9201

Inhalt/Kritik

Leseprobe

1 La idea de Universidad

A finales del siglo XIX, en Bolonia, un comité dirigido por Giosuè Carducci sugirió que el año de 1888 debía ser conmemorativo del octavo centenario de la fundación de la Universidad de Bolonia. Aunque en 1088 ninguna universidad había sido fundada en Bolonia, el argumento que presentó el comité fue desvelar la existencia de un acuerdo que se había llevado a cabo en dicho año, por el cual se permitía enseñar Derecho, independientemente de las escuelas eclesiásticas de Bolonia.

A pesar de dicho acuerdo, en aquella época no se consideró que Bolonia tuviera una universidad como tal, ya que los médicos del siglo X aún tenían que formarse en el colegio médico de Salerno. Sin embargo, considerando como único criterio la existencia de un cuerpo corporativo, Bolonia sería la ciudad con la universidad más antigua, pues a finales del siglo XII unos estudiantes extranjeros de Derecho se agruparon por nacionalidades constituyendo de esta manera el primer pilar indispensable para poder edificar la estructura de una universidad. Poco tiempo después, en 1208, estudiantes y profesores de diversas disciplinas formaron, a su vez, un cuerpo corporativo en París. En el sigo XIII, un grupo de estudiantes de Bolonia así como estudiantes y profesores de París otorgaron ciertas libertades y privilegios, necesarios para la educación superior, denominándolo Studium Generale , el cual posteriormente se convirtió en la universidad (Rüegg, 1992).

Con estos ejemplos podemos deducir que la universidad medieval tenía como fundamento ser la Universidad de la Enseñanza . En 1809 se fundó la universidad de Berlín, en la que Wilhelm von Humboldt introdujo el concepto de Universidad de la Investigación, y que se caracterizaba por separar la enseñanza de la investigación, por la posición independiente del personal docente (Lehrfreiheit), así como por la libre elección que tenían los estudiantes para decidir el tema de estudio (Lernfreiheit).

Johann Gottlieb Fichte, primer rector de la nueva universidad de Berlín, durante su conferencia de apertura, definió la universidad, de acuerdo con el idealismo alemán de aquella época, como la representación visible de la inmortalidad de la humanidad: la universidad implica la presencia institucional de la verdad, el lugar donde cada edad transmite de manera consciente y metódica su formación intelectual a las edades venideras .
Una universidad de la Enseñanza y la Investigación o una universidad del Aprendizaje

La mayoría de las universidades anteriores al siglo XX se caracterizaban por ser Universidades de Enseñanza o Universidades de Investigación. La alianza de la enseñanza con la investigación ha sido lo más característico de la universidad durante el siglo XX, por lo cual, actualmente, la universidad es concebida como la Universidad de la Enseñanza y de la Investigación .

En este libro pretendemos rebatir estas funciones y darle a la universidad del siglo XXI una nueva función que se caracterizaría por ser la Universidad del Aprendizaje .

La enseñanza contribuye al aprendizaje de los alumnos, para que adquieran un nuevo conocimiento, el cual, necesariamente, no tiene que ser nuevo. Asimismo, la investigación también amplía el conocimiento, aunque éste difiere del anterior en cuanto que el descubrimiento alcanzado era ignorado incluso por los docentes, puesto que nadie había indagado antes ese campo de estudio. Por lo tanto, podemos hablar de dos formas distintas que llevan a la formación del conocimiento: el aprendizaje individual y el aprendizaje colectivo y podremos así encontrar la naturaleza de la relación que existe entre ellos, en lugar de indagar sobre la relación que hay entre enseñanza e investigación.

El hecho de que los alumnos aprendan no es la única ni, probablemente, la principal función de la enseñanza pues los estudiantes amplían su conocimiento por distintos medios, entre los cuales, la enseñanza es solo uno de ellos. De la misma manera, los docentes, a la vez que enseñan, tienen una experiencia de aprendizaje. Sin embargo, la función principal de la investigación es conseguir que aumente, tanto el conocimiento como el aprendizaje de la humanidad, por lo que podemos decir que la investigación es resultado de un aprendizaje colectivo si lo comparamos con el de los estudiantes cuando se centran en aumentar su propio conocimiento o aprendizaje en un nivel individual. Si estamos de acuerdo con la tesis que argumenta que la tarea principal de la universidad consiste en la formación del conocimiento, nuestra afirmación parece muy razonable.

Una de las declaraciones más apasionadas sobre la idea de lo que es la universidad fue formulada por el Cardenal John Henry Newman, en 1873, al decir que la universidad es un lugar en el cual se enseña el conocimiento universal . Tal afirmación desafía íntegramente el concepto de La Universidad de la Investigación que Humboldt le había otorgado. Si la universidad tiene como función principal indagar el descubrimiento científico y filosófico, no concibo por qué tal universidad debe tener estudiantes (Newman, 1873).

Recientemente, Sheldon Rothblatt (1997) ha cuestionado el que la universidad responda a una sola idea, argumentando que por lo menos a la universidad americana no se la puede considerar así. Ésta es más bien una multiversidad , que intenta combinar todas las ideas de universidad para llevar a cabo el cumplimiento de la función universitaria, siendo muy sensible para todo aquello que se le impone: Ya sea desde arriba, por medio del sistema central administrativo, o desde afuera, por medio de una opinión pública o de una presión legislativa, se deben llevar a cabo (â¦) en un mismo campus, las funciones tanto de una politécnica, como de una escuela normal, de una academia de artes y oficios, de un colegio tecnológico, de facultades de leyes y de medicina, de facultades de empresariales, de institutos y departamentos de investigación, así como de facultades centradas en la literatura y en la ciencia . La universidad americana no es una ciudad en la colina, [sino más bien] una ciudad en la llanura, cultural y étnicamente heterogénea, compuesta por individuos avispados y astutos⦠con suburbios y subculturas⦠sectores independientes, galerías, auditorios, y museos .

Como respuesta a la postura de Rothblatt referente a la idea de la universidad , argumentamos que el elemento clave que define a la universidad es el aprendizaje. No podemos concebir la universidad sin este elemento tan básico; sin embargo, la universidad se diferencia de otras instituciones que también promueven el aprendizaje en que, además de promoverlo como tal, tiene la responsabilidad de combinar el aprendizaje colectivo y el aprendizaje individual, es decir, integrar ambos, la investigación y el estudio, o por lo menos actúa como mediador entre ellos, ampliando considerablemente el conocimiento.

Centrándonos en esta línea, la universidad tiene como función primaria expandir, ampliar y transformar la mente colectiva. El concepto de Humboldt de Bildung se refiere al proceso de autoformación, en el cual los individuos se forman y se transforman a sí mismos. Dicho concepto se relaciona con la idea de que la universidad es el instrumento vital mediante el cual se llevan a cabo tanto la formación, como la transformación de la mente colectiva respecto a la manera de concebir e intervenir en el mundo. La mente colectiva es universal al comprender las diferencias culturales manifestadas a través del tiempo y del espacio. Es el hogar de todos y cada uno de nosotros: ya que todos hemos contribuido a ella y somos parte de ella. Todas las maneras posibles de visualizar el mundo están siempre relacionadas. Podemos convertirnos en ellas, incluso personificarlas, pero aun así siempre van a trascender más allá de cada individuo; en este sentido, si nos comparamos entre las personas, nadie es mejor ni peor.

Se dice que la universidad tiene tres funciones principales: enseñanza, investigación y servicio comunitario, siendo este último etiquetado como la tercera tarea . El fin de dicha tarea es que los alumnos aprendan a servir y cooperar con la sociedad de la cual la universidad forma parte. Desde nuestro punto de vista, esta función también está orientada a promover el aprendizaje a nivel colectivo e individual. En realidad, la tercera tarea no implica hacer algo diferente sino que, más bien, trata de hacer todo aquello que la universidad realiza de todos modos, pero, en este caso, también llevado a cabo por individuos particulares y por distintos grupos de la comunidad. (Tydén, 1997). Consiste en atender...
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Autor

John BOWDEN es Profesor de Desarrollo de la Educación y Asesor Principal de Políticas Educativas de la Universidad RMIT (Australia).

Ference MARTON es Profesor de Educación de la Universidad de Gothenburg y Profesor Honorario de la Universidad de Hong Kong.