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Técnicas docentes y sistemas de Evaluación en Educación Superior

E-BookEPUBDRM AdobeE-Book
128 Seiten
Spanisch
Narcea Edicioneserschienen am23.05.2023
La obra es el resultado de un intenso proceso de reflexión y debate, entre un grupo cualificado de docentes, sobre las deficiencias de las herramientas pedagógicas tradicionales en los procedimientos de enseñanza-aprendizaje en Educación Superior, y sobre la necesidad de implementar mecanismos alternativos de transmisión del conocimiento entre el alumnado de estos niveles. Presenta varias técnicas docentes y sistemas de evaluación, pero no sólo en términos puramente descriptivos. Junto a la referencia de las características de la técnica concreta -docente o evaluadora- se incide en la determinación de sus ventajas e inconvenientes y, en su caso, en los mecanismos que pueden emplearse a fin de minimizar los aspectos que puedan resultar más disfuncionales.

Mª Paz SÁNCHEZ GONZÁLEZ es catedrática de Derecho Civil en la Universidad de Cádiz. Durante los veinticinco años que lleva dedicada a la universidad, ha compaginado su labor investigadora al frente de diversos proyectos sobre contratos y Derecho de familia, con las tareas propiamente docentes. El resto del equipo de autores está compuesto por tres profesores titulares de Derecho Civil (los doctores Cervilla Garzón, Corral García y Zurita Martín) y dos profesores de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales (doctores Cepillo Galvín y González García).
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Verfügbare Formate
BuchKartoniert, Paperback
EUR24,43
E-BookEPUBDRM AdobeE-Book
EUR14,99

Produkt

KlappentextLa obra es el resultado de un intenso proceso de reflexión y debate, entre un grupo cualificado de docentes, sobre las deficiencias de las herramientas pedagógicas tradicionales en los procedimientos de enseñanza-aprendizaje en Educación Superior, y sobre la necesidad de implementar mecanismos alternativos de transmisión del conocimiento entre el alumnado de estos niveles. Presenta varias técnicas docentes y sistemas de evaluación, pero no sólo en términos puramente descriptivos. Junto a la referencia de las características de la técnica concreta -docente o evaluadora- se incide en la determinación de sus ventajas e inconvenientes y, en su caso, en los mecanismos que pueden emplearse a fin de minimizar los aspectos que puedan resultar más disfuncionales.

Mª Paz SÁNCHEZ GONZÁLEZ es catedrática de Derecho Civil en la Universidad de Cádiz. Durante los veinticinco años que lleva dedicada a la universidad, ha compaginado su labor investigadora al frente de diversos proyectos sobre contratos y Derecho de familia, con las tareas propiamente docentes. El resto del equipo de autores está compuesto por tres profesores titulares de Derecho Civil (los doctores Cervilla Garzón, Corral García y Zurita Martín) y dos profesores de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales (doctores Cepillo Galvín y González García).
Details
Weitere ISBN/GTIN9788427730854
ProduktartE-Book
EinbandartE-Book
FormatEPUB
Format HinweisDRM Adobe
FormatE101
Erscheinungsjahr2023
Erscheinungsdatum23.05.2023
Reihen-Nr.26
Seiten128 Seiten
SpracheSpanisch
Dateigrösse1754 Kbytes
Artikel-Nr.11773298
Rubriken
Genre9201

Inhalt/Kritik

Leseprobe

1 La Lección Magistral
Descripción

De todos es bien sabido que la lección magistral ha venido siendo el más extendido método docente tradicionalmente empleado en el ámbito universitario durante siglos para la transmisión del conocimiento. Ciertamente, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que todo profesor universitario ha empleado, emplea y empleará esta técnica como método de enseñanza de su materia, y no porque lo mande la tradición, sino porque la lección magistral es algo inherente a la docencia, se encuentra en la propia esencia de la enseñanza universitaria, pues no en vano la lección magistral es la que procede del maestro .

La lección magistral consiste básicamente en la transmisión oral del conocimiento del profesor al alumno, sin perder nunca de vista que el objetivo que se pretende alcanzar mediante el uso de esta técnica no es en modo alguno único sino plural. Así, la finalidad de la lección magistral no se reduce sólo a la pura exposición teórica de la materia de que se trate, sintetizando conceptos, ideas, teorías o doctrinas, o aclarando y ejemplificando su aplicación práctica, sino que debe dirigirse también a expandir la mente del estudiante, fomentando su habilidad para el razonamiento o sus facultades de relación, promoviendo su espíritu crítico y desarrollando su capacidad de síntesis.

Todo ello no se consigue si la técnica se despliega únicamente de forma unidireccional, convirtiéndose el profesor en el mero enlace de conexión entre el manual y los apuntes de clase, adoptando, en definitiva, la postura del llamado busto parlante . Frente al profesor, el alumnado se sitúa en una posición de pasividad, ciñéndose a transcribir lo que escucha, a veces sin ni siquiera tomando conciencia de lo escuchado.

Aunque no cabe duda de que la lección magistral es una técnica docente en la que el papel protagonista lo desempeña el profesor, ello no debe llevarnos a la consideración del alumno como mero receptor pasivo de la información que aquél le suministra. Como ya se ha apuntado, si bien la lección magistral se centra en la transmisión oral de conocimientos, en impartir información, no deja por ello de caracterizarse por ser un instrumento idóneo para la promoción de la capacidad de razonamiento, de reflexión crítica y de aptitud sintética del estudiante.

Sucede, sin embargo, que, en muchas ocasiones, la práctica docente suele orillar estas funciones -no secundarias- de la lección magistral, centrándose exclusivamente en el simple traslado de la información que suministran los libros a las aulas de clase, en las que el profesor se limita a repetir oralmente lo que por escrito los alumnos tienen a su disposición en los manuales correspondientes. Llevada la mala praxis hasta sus últimas consecuencias, algunos profesores se limitan a leer en clase el manual previamente recomendado o a dictar apuntes anteriormente elaborados a modo de resumen de la materia tratada.

No debe identificarse, pues, la lección magistral con aquella técnica que, naciendo de una práctica docente deficiente, convierte a los alumnos en receptores pasivos de información. La lección magistral es algo más que eso, en la medida en que cumple funciones que sólo mediante este método son posibles para el profesor y para el alumnado.

No obstante, para desarrollar tales funciones la clase magistral ha de reunir ciertos requisitos, cuya concurrencia evitaría la unidireccionalidad de la técnica1.
La clase ha de ser preparada con antelación, de tal modo que el profesor se centre en los conocimientos que quiere transmitir, no en disertaciones o divagaciones que distorsionan o hacen poco claros los objetivos de conocimiento de la materia. En este sentido, en el momento de la preparación de la clase, conviene que el profesor ordene el contenido del tema que va a tratar a través de un conjunto de interrogantes o cuestiones, a las que se tratará de dar respuesta a lo largo de la sesión.
El principal objetivo que debe perseguir es la síntesis de conocimientos, la clarificación de las cuestiones más controvertidas y la profundización en las más relevantes. A tal fin, debe tenerse en cuenta el tipo de auditorio receptor de la lección. Es esencial que los objetivos formativos de conocimiento aparezcan claros, tanto para el profesor como para el alumno, a fin de que aquél ajuste a ellos la lección magistral y el estudiante sepa qué se le va a exigir.
Resulta de gran utilidad que la clase comience con el resumen de los conocimientos adquiridos en sesiones anteriores y su relación con la lección que se va a comenzar. A continuación, debe enunciarse el objetivo de la sesión y cómo se va a organizar o estructurar ésta, pudiendo ayudarse el docente de pequeños esquemas prediseñados con el apoyo de medios audiovisuales o a través de la pizarra.
La exposición ha de ser sistemática u ordenada, observando en la medida de lo posible el esquema previsto, para evitar la dispersión, la falta de atención y que el alumno se pierda en la explicación. A estos efectos, el profesor, debiendo tener un conocimiento profundo de la materia de que se trate, ha de saber, sobre todo, estructurar y organizar dicho conocimiento, preparar sus notas si fuera necesario y dosificar el tiempo para su exposición.
Debe evitarse el tono de voz monótono, esforzándose el docente en enfatizar aquello que parece más relevante o, simplemente, realizando cambios de tono para llamar la atención al estudiante; contar con el apoyo de presentaciones u otros medios audiovisuales facilita sobremanera la captación de aquélla. Por otra parte, el orador debe evitar, en cualquier caso, enfocar siempre su mirada en el mismo grupo de personas dentro del auditorio en su conjunto, intentando, por el contrario, abarcar a todo el colectivo al que se dirige, especialmente para que todos los alumnos se sientan integrados en la sesión. Resulta también conveniente que el profesor permanezca en pie frente al alumnado, incluso que pasee por el aula para acentuar dicha sensación de integración y cercanía del orador, aunque éste deba pararse para enfatizar las cuestiones importantes de la explicación.
El docente debe fomentar la participación del alumnado en la dinámica de la clase, interrogándolo, solicitando su opinión, reclamando un esfuerzo de razonamiento y de capacidad de relación con conocimientos ya adquiridos, promoviendo, en definitiva, una actitud interesada y no pasiva, y facilitando el descanso en la atención continua a la explicación en varios espacios temporales a lo largo de la clase; se entiende que, por lo general, no debe hablarse más de veinte minutos seguidos, a menos que se esté seguro de que la atención del auditorio no ha decaído. Debe tenerse en cuenta, en todo caso, que el interés de los estudiantes por un tema se encuentra en relación de proporcionalidad con el entusiasmo que demuestra el profesor en su disertación, empeño que, no cabe duda, queda reflejado en el proceder de éste. La utilización de ejemplos, metáforas, refranes, chistes o anécdotas que se producen en la vida diaria, no sólo contribuye a dinamizar la clase sino a transfundir el entusiasmo del profesor por la materia que explica por medio de la persuasión.
La lección debe finalizar concluyendo lo más significativo de la exposición, realizando un pequeño resumen de las principales ideas que se ha pretendido transmitir y, en su caso, anunciando su relación con el siguiente tema a tratar, para facilitar la ubicación de la materia en el bloque temático correspondiente.

En los últimos años, la lección magistral viene siendo apoyada por el uso de distintas herramientas audiovisuales, que ayudan a potenciar su principal finalidad. Entre estas herramientas, ha cobrado un especial protagonismo la utilización de presentaciones power point como medio habitual de abordar la explicación de la materia.

El programa power point ofrece un amplio abanico de posibilidades de utilización de diapositivas como apoyo de la lección magistral. La utilización de presentaciones tiene por finalidad fundamental servir de ayuda tanto al profesor como al alumno para sintetizar las principales ideas de la explicación teórica. A tal fin, en función de la materia, el tiempo disponible y la finalidad perseguida, el profesor elaborará sus presentaciones escogiendo entre diversas posibilidades: un texto estático o dinámico, una combinación de textos y dibujos o imágenes, unas formas geométricas, diversas combinaciones de dibujos, videos, formas y textos,...
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Autor

Mª Paz SÁNCHEZ GONZÁLEZ es catedrática de Derecho Civil en la Universidad de Cádiz. Durante los veinticinco años que lleva dedicada a la universidad, ha compaginado su labor investigadora al frente de diversos proyectos sobre contratos y Derecho de familia, con las tareas propiamente docentes. El resto del equipo de autores está compuesto por tres profesores titulares de Derecho Civil (los doctores Cervilla Garzón, Corral García y Zurita Martín) y dos profesores de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales (doctores Cepillo Galvín y González García).
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Sánchez González, Mª Paz