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E-BookEPUBDRM AdobeE-Book
528 Seiten
Spanisch
Siruelaerschienen am28.06.20231. Auflage
De viva voz recopila una de las vertientes más personales y atractivas del legado de Carmen Martín Gaite: sus conferencias. «El registro más sorprendente de Martín Gaite como conferenciante es su capacidad de hacer visibles las abstracciones en letra mayúscula y carentes de narración, de transcribirlas en letra minúscula y convertirlas en un cuento coloreado, en un momento de su autobiografía espiritual. La conferencia fue quizá el lugar de su obra donde hubo una mayor capacidad de síntesis y voluntad dialogal para forjar ideas, debido al grado de amenidad y de atención que le exigía la presencia directa del público. [...] Sus conferencias fueron una forma de mirar, leer e interpretar el mundo escrito y el no escrito, sin dejar nunca de latir el pulso de su experiencia».Del prólogo de José Teruel Esta edición en la Biblioteca Carmen Martín Gaite ha recuperado cuatro conferencias dispersas: «El telar del escritor», «Rutas de Salamanca en mi recuerdo», «Edward Hopper. Habitación de hotel: El punto de vista» y «Juan Benet: la inspiración y el estilo», altamente significativas de su mundo literario. Esta obra ha recibido una ayuda a la edición de la Comunidad de Madrid

Carmen Martín Gaite (Salamanca 1925-Madrid 2000), novelista, poeta, ensayista y traductora, publicó su primera novela El balneario en 1955 y es una de las más destacadas representantes de la generación de la posguerra. De sus libros hay que destacar Entre visillos (Premio Nadal 1958), Ritmo lento (1963), El cuarto de atrás (1978), El cuento de nunca acabar (1983), Usos amorosos de la postguerra española (Premio Anagrama de Ensayo 1987), Nubosidad variable (1992), Lo raro es vivir (1996) o Irse de casa (1998). Carmen Martín Gaite ha recibido también los premios Príncipe de Asturias 1988 y el Nacional de las Letras Españolas 1994.
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KlappentextDe viva voz recopila una de las vertientes más personales y atractivas del legado de Carmen Martín Gaite: sus conferencias. «El registro más sorprendente de Martín Gaite como conferenciante es su capacidad de hacer visibles las abstracciones en letra mayúscula y carentes de narración, de transcribirlas en letra minúscula y convertirlas en un cuento coloreado, en un momento de su autobiografía espiritual. La conferencia fue quizá el lugar de su obra donde hubo una mayor capacidad de síntesis y voluntad dialogal para forjar ideas, debido al grado de amenidad y de atención que le exigía la presencia directa del público. [...] Sus conferencias fueron una forma de mirar, leer e interpretar el mundo escrito y el no escrito, sin dejar nunca de latir el pulso de su experiencia».Del prólogo de José Teruel Esta edición en la Biblioteca Carmen Martín Gaite ha recuperado cuatro conferencias dispersas: «El telar del escritor», «Rutas de Salamanca en mi recuerdo», «Edward Hopper. Habitación de hotel: El punto de vista» y «Juan Benet: la inspiración y el estilo», altamente significativas de su mundo literario. Esta obra ha recibido una ayuda a la edición de la Comunidad de Madrid

Carmen Martín Gaite (Salamanca 1925-Madrid 2000), novelista, poeta, ensayista y traductora, publicó su primera novela El balneario en 1955 y es una de las más destacadas representantes de la generación de la posguerra. De sus libros hay que destacar Entre visillos (Premio Nadal 1958), Ritmo lento (1963), El cuarto de atrás (1978), El cuento de nunca acabar (1983), Usos amorosos de la postguerra española (Premio Anagrama de Ensayo 1987), Nubosidad variable (1992), Lo raro es vivir (1996) o Irse de casa (1998). Carmen Martín Gaite ha recibido también los premios Príncipe de Asturias 1988 y el Nacional de las Letras Españolas 1994.
Details
Weitere ISBN/GTIN9788419744722
ProduktartE-Book
EinbandartE-Book
FormatEPUB
Format HinweisDRM Adobe
FormatE101
Verlag
Erscheinungsjahr2023
Erscheinungsdatum28.06.2023
Auflage1. Auflage
Reihen-Nr.420
Seiten528 Seiten
SpracheSpanisch
Dateigrösse2336 Kbytes
Artikel-Nr.12095786
Rubriken
Genre9201

Inhalt/Kritik

Leseprobe


Prólogo

Carmen Martín Gaite, conferenciante
Los valores performativos del ensayo tienen en la conferencia su máximo exponente, sobre todo, si esa conferenciante se llamaba Carmen Martín Gaite, cuya capacidad de divulgación, interpretación y persuasión fue una evidencia para todos los que fuimos testigos de las narraciones orales de su conferenciar, de su habilidad para convertir el monólogo en conversación con el auditorio. En esto Martín Gaite fue también una excepción, raramente otras autoras de su generación se atrevieron con ese género de disertar en público, que constituye desde finales del XIX la seña de identidad de la mujer de letras. Aunque su trayectoria como conferenciante tuvo sus etapas de aprendizaje. La Nota a la segunda edición de El cuento de nunca acabar (apuntes sobre la narración, el amor y la mentira), en la que evoca la tarde del 22 de marzo de 1983, cuando presentó la primera edición del libro en el Ateneo de Madrid, es un punto de referencia para este itinerario: «Allí yo sola subida en el estrado del salón de actos [...], no hacía más que acordarme de Gustavo [Fabra], de cuando me decía a principios de los años setenta que por qué no me dedicaba al género de la conferencia, que a mí por entonces me imponía mucho. Estaba convencido de que yo haría una buena conferenciante y me insistía muchas veces en eso. Yo le dije que no era capaz de hablar bien más que cuando le veía los ojos a la gente que se ponía a escucharme, para saber -que se sabe enseguida- si se aburría o me iba siguiendo de buen grado, cosa que en una conferencia es imposible, porque no puedes estarle mirando a toda la gente a la cara uno por uno, so pena de acabar con tortícolis». Antes de 1983 dio poquísimas charlas, sí breves discursos de presentación de libros propios o ajenos.

Según he podido averiguar, la primera conferencia que Carmen Martín Gaite pronunció fue en verano de 1976, en los cursos de Estudios Hispánicos del Centro de Estudios Sorianos, dirigidos por Julián Marías y su esposa Dolores Franco. Su título, muy propio de la Transición política, fue «La concordia y la convivencia en el siglo XVIII» (en Pido la palabra se editó póstumamente con el genérico rótulo «Conferencia sobre el siglo XVIII», que desde luego no procedía de la autora). La publicación de El proceso de Macanaz (1969), la defensa de su tesis doctoral Usos amorosos del dieciocho en España (1972), la recopilación de artículos La búsqueda de interlocutor y otras búsquedas (1973), su labor como crítica literaria en Diario 16 (desde 1976 a 1980) y la prefiguración de los Usos amorosos de la postguerra española desde El cuarto de atrás (1978) comenzaron a propiciar una imagen pública de Martín Gaite, que no era solo la de novelista. Emergió la ensayista, aunque en cualquier modalidad de su variada producción intelectual nunca depuso su condición de narradora. Tras la elaboración de estos títulos es habitual en la mesa de trabajo de Martín Gaite la contigüidad entre el ensayo de investigación histórica, el artículo de opinión y la conferencia. También sabemos -por los Cuadernos de todo, por Visión de Nueva York, por su correspondencia epistolar y por los recortes de prensa que se conservan en su Archivo- que desde su primera estancia en Estados Unidos (en abril de 1979 invitada por el profesor Manuel Durán para el Congreso de Literatura Española Contemporánea que se celebró en Yale University), comenzó a impartir conferencias en congresos celebrados en distintas universidades norteamericanas, especialmente los semestres en los que fue invitada como Visiting Professor a Barnard College, University of Virginia, University of Illinois Chicago y Vassar College. Estas estancias del primer lustro de 1980 constituyeron un auténtico aprendizaje en su práctica de disertar en público. Estados Unidos supuso para ella un escenario juvenil, propicio para desdoblarse y para la representación: «Me siento congraciada con la vida, con el otoño, con mis alumnos, con mi edad, con mi palabra, con mi silencio, con el mundo todo... ¡Qué bien me sientan estas escapadas!», le escribe a Ana Gurruchaga, desde Charlottesville, en noviembre de 1982. Tres fueron los campos temáticos de sus conferencias en Norteamérica: el oficio de novelista y la reflexión sobre su obra (a través de las anotaciones incluidas en la sección «A campo través» de El cuento de nunca acabar), su investigación sobre el siglo XVIII (que «por tener relación con los comienzos del feminismo en España interesaba sobremanera» en estas universidades, le comenta a Esther Tusquets desde Nueva York en otra carta de 1980) y el cuento español de su generación (particularmente la obra de Ignacio Aldecoa).

La conferencia se convirtió en algunos casos en una especie de ensayo general de viva voz para rematar un texto escrito (ejemplos notables fueron Desde la ventana, Esperando el porvenir y la sección ya citada de El cuento de nunca acabar, que comenzaron estrenándose como disertaciones orales antes de ser libros) y constituyó un género muy acorde con su proyecto narrativo, ya que le permitía la función de establecer contacto con el receptor y afirmar la primacía de lo oral y presencial en su taller de escritora. La conferencia debía aspirar a la condición del habla. (Precisamente desde la Nota preliminar a Esperando el porvenir, nos advierte que no quiere traicionar en el libro el tono directo y conversacional que tuvieron sus conferencias). Hacer literatura presuponía para ella la presencia del otro, siempre había un destinatario. Martín Gaite entendió que la verdad artística es una representación compartida: quizá sea la autora del medio siglo más atenta y preocupada en conocer a qué tipo de público se dirigía y cómo hacerlo. Pero las conferencias no solo fueron las primeras versiones orales de ensayos inéditos, algunas nacieron y permanecieron en el estadio definitivo de conferencias -son las que aquí editamos- y constituyeron la forma más esencial de difundir su pensamiento literario, su papel de testigo fiel y copartícipe del perfil humano y de la trayectoria creadora de su grupo de amigos de los años 1950, y su labor investigadora, desde el siglo XVIII a Elena Fortún, siempre presidida por la curiosidad vital.

Hasta 1983, fecha de la publicación de El cuento de nunca acabar (que no deja de ser la primera edición de la dinastía de sus Cuadernos de todo), el método de elaboración de sus conferencias consistió en ir espigando anotaciones desperdigadas de sus cuadernos al hilo del título propuesto, lo que demuestra nuevamente cómo los Cuadernos de todo es el delta donde confluyen todas las aguas. Al echar mano de sus viejos cuadernos reaparecen en sus conferencias recuerdos personales, historias y reflexiones que ya figuraban en otros lugares de su obra. Por ello el lector podrá constatar motivos recurrentes, pero desde distintos puntos de observación, entre sus conferencias, ensayos y novelas, aunque en sus disertaciones hay un mayor afán divulgativo, capacidad de síntesis y voluntad dialogal para forjar ideas, debido tanto a la presencia directa del público como a la concentración del tiempo que le exigían la amenidad y el reclamo de atención. La recurrencia y la reiteración son un modo de énfasis y permitirán al lector avezado de Martín Gaite un mejor conocimiento de su pensamiento narrativo y del complejo entramado intratextual de su producción literaria. La obra de Carmen Martín Gaite, por encima de clasificaciones genéricas y compartimentos estancos, es un tejido coherente en el que ningún hilo de la trama puede considerarse como indiferente o superfluo.

En la nota introductoria a «El telar del escritor» se refiere a la dificultad de fijar el discurso definitivo de una conferencia, ya que es una modalidad ensayística ligada a la improvisación y a los excursos, donde siempre hay una diferencia entre lo prefigurado y su resultado. El texto de una conferencia nunca está del todo cerrado por ser un acto de habla ante un auditorio «y además a la gente yo creo que le gusta que se improvise», comenta en la nota de edición de «El telar», conferencia que no fue incluida en Pido la palabra y que constituye una valiosa reflexión sobre su conciencia del género. Esta acotación fechada en noviembre de 1983 (cuando Carmen Martín Gaite acababa de publicar precisamente El cuento de nunca acabar) está marcando dos estadios en su trayectoria como conferenciante. En los primeros años -entre 1976 y 1983- disertaba a través de fichas, lo que le permitía un mayor grado de improvisación (estas colecciones de fichas para uso exclusivo del locutor no son susceptibles de publicación, ya que constituyen un borrador esquemático, inarticulado, carente de narración y casi indescifrable para el lector). En su Archivo se conservan algunas barajas de estas fichas temáticas, cuyo uso probablemente intercambiaba para varias conferencias. En la última fase de su historia como conferenciante, el discurso estaba fuertemente fijado y admitía mínimas improvisaciones. De hecho, casi todas las conferencias coherentemente redactadas que se conservan en su Archivo son posteriores a 1987 (excepto «La concordia y la convivencia en el siglo XVIII», «El telar del escritor» y «El taller del escritor», que he podido fechar con...

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Autor

Carmen Martín Gaite (Salamanca 1925-Madrid 2000), novelista, poeta, ensayista y traductora, publicó su primera novela El balneario en 1955 y es una de las más destacadas representantes de la generación de la posguerra. De sus libros hay que destacar Entre visillos (Premio Nadal 1958), Ritmo lento (1963), El cuarto de atrás (1978), El cuento de nunca acabar (1983), Usos amorosos de la postguerra española (Premio Anagrama de Ensayo 1987), Nubosidad variable (1992), Lo raro es vivir (1996) o Irse de casa (1998). Carmen Martín Gaite ha recibido también los premios Príncipe de Asturias 1988 y el Nacional de las Letras Españolas 1994.